Vuelta atras

Aqui esta la primera parte de la historia.
"Vuelva atras"


Ya han pasado los tiempos en que Panem estaba lleno de pobreza, también han pasado 20 años desde los últimos juegos del hambre, ahora todos vivimos en paz, aliviados por la derrota del tiránico Capitolio ya nadie pasa hambre, no estamos obligados a permanecer en nuestro respectivo distrito, como antes los distritos aun trabajan para sustentar al país, pero ahora es diferente, por ejemplo que el Capitolio ahora se encarga de los problemas de salud de los distritos,  en cambio el 12 se encarga de cultivar las plantas medicinales para que el Capitolio fabrique medicinas, ahora la vida es mucho mejor que antes para todos, aunque en mi familia aun existe algo de tristeza, como las pesadillas de mi madre, a veces los flashbacks de mi padre y siempre la ausencia de mi tía Primrose Everdeen, aunque siempre mi hermano y yo intentamos darle alegrías a nuestros padres, en especial a mi madre, Katniss, ya que se siente demasiado culpable por no haber salvado a mi tía.
Han pasado 20 años desde que mi madre Katniss Everdeen venció al Capitolio, ahora esos horribles tiempos solo forman partes de la historia de este nuevo Panem, antes era un país lleno de miseria, donde cada persona de los distritos luchaba por sobrevivir a su manera, pero en el Capitolio siempre tenían la barriga llena y su entretenimiento,” los juegos del hambre” que eran una especie de competencia donde cada distrito debía enviar a un chico y una chica entre 12 y 18 años a luchar a muerte, antes yo me moría de miedo cuando mis padres me contaban esas historias de lo que les sucedió cuando mi madre tenía mi edad y los ganó por primera vez, lo que desató la rebelión, hubo muchas muertes, pero al final lograron derrocar al horrible capitolio y al aun peor presidente Corolianus Snow, quien amenazó con matar al mejor amigo de mi madre, Gale Hawthorne, y a las familias de ambos, aunque aún mi madre no puede entender el tema de la presidenta del distrito 13 Alma Coin que al parecer envió a la tía Prim al corazón de la guerra y les ordenó a unos rebeldes que pilotearan un aerodeslizador del Capitolio y soltaran unos paracaídas que en realidad eran bombas que acabaron con la vida de mi valiente tía, aunque ahora la vida de todos nosotros es alegre y cada vez que vuelven los malos recuerdos mi hermano y yo les recordamos que eso ya pasó y que ahora son tiempos mejores.
-Rue baja a desayunar-ese es mi padre desde la cocina, bajo corriendo, al principio mamá y papá querían llamarme Primrose como mi tía, pero a mi madre le habría dolido mucho recordarla cada mañana, así que me llamaron Rue, como la aliada de mi madre en su primera arena
-hola papá-le digo y lo abrazo-, ¿mamá ya salió de caza?
-sí y también pasará a ver a Sae y su nieta-asiento y él me da mi desayuno favorito, un trozo de pan con un poco de miel y zumo de naranja, me lo devoro en unos minutos y cojo mi guitarra y me dirijo a la puerta
-¿A dónde vas?-me dice mi padre
-a la pradera-
-como no me lo imaginé, si pasas casi todo el día allí o en el bosque-le sonrío y salgo, está empezando la primavera, mi estación favorita y hay un sol precioso, cuando llego a la pradera me siento bajo mi árbol favorito, un sauce llorón, y empiezo a tocar una de las canciones favoritas de mi madre, Ours, es una canción de amor de una antigua cantante llamada Taylor Swift, he escuchado muchas de sus canciones pero esta es mi favorita, estoy casi terminando cuando alguien salta de un arbusto y se abalanza sobre mí
-¿Qué haces, Gale?-le digo a mi hermanito mientras le revuelvo el pelo cuando me deja levantarme
-quería asustarte-
-y lo lograste, travieso-
-papá dijo que viniera por ti para almorzar, mamá cazó varias ardillas-
-mmm, que rico, pero ¿Qué hora es?-
-las dos de la tarde-LAS DOS, ¿tanto he estado aquí?
- la próxima vez traeré un reloj con alarma-
-no creo que funcione, porque cuando cantas no escuchas nada más-dice riendo, es tan tierno mi hermanito, solo tiene diez y no sabe nada sobre el pasado de nuestros padres, por eso cada vez que papá sufre un flashback tengo que llevármelo con la excusa de ir a por flores o a nadar al lago de mi madre, aunque creo que hoy le dirán todo, ya que hicieron lo mismo conmigo cuando tenía su edad, esperaron hasta principios de primavera y mamá trajo ardillas, después de que Gale se fue a dormir la siesta me contaron todo, ojala mi hermanito no quede traumado-vamos o llegaremos tarde, ya tengo hambre
Lo tomo de la mano y nos vamos caminando a la aldea, aunque de paso le llevo unas flores a mi amiga Joy que hace unas semanas se rompió la pierna y ahora está en silla de ruedas, aunque por suerte no es muy grave, luego pasamos a saludar a Sae y su nieta y por fin nos vamos a la aldea, mamá nos espera con una cara de reproche que no le dura mucho al ver un ramito de flores que insistió mi hermano en llevarle, pero antes me aseguré de que no tuviera ninguna rosa, de solo pensar en rosas me dan escalofríos, como esperaba después del almuerzo mamá y papá le cuentan toda la historia, sin omitir nada, ni siquiera el por qué de mi nombre, mamá acaba llorando como cuando me lo contó a mí, eso me lo esperaba, pero no la reacción de Gale, que antes de que papá pudiera siquiera acercársele a mamá, Gale la abraza y la consuela, yo por mi parte cuando me lo contaron que quedé paralizada de miedo.
Mi hermano reaccionó mejor que yo cuando oí por primera vez la historia, voy por el libro donde están todas las personas que mis padres no quieren olvidar como me dice papá y se lo mostramos a Gale, entonces mamá nos dice que está planeando un viaje al 4 para que Gale conozca al hijo de Finnick y Annie, Finn, su nombre es la combinación de los de sus padres, estamos hablando de eso cuando suena el teléfono
-yo contesto-le digo a mi padre y voy al estudio donde está el teléfono-, hola
-Hola  Rue, ¿cómo estás?-
-bien tío Gale, ¿y tú?-es el mejor amigo de mamá, Gale Hawthorne, por el que le pusieron su nombre a mi hermano, después de un par de años él y mamá volvieron a ser prácticamente hermanos como antes de que ella fuera a los juegos
-muy bien, adivina por que llamo-me dice
-estoy algo aturdida, le acaban de contar la historia a mi hermano, así que tal vez te salga con un discurso sobre la epidemia de gripe del 13, o algo así-le digo riendo
-estas cerca, tiene algo que ver con el 13 ya que aceptaron tu solicitud en el ejército, empiezas en el otoño-
-¡vale, gracias!, nos vemos pronto-
-adiós, saludos a tu madre, tu padre y tu hermano-
Vuelvo a la cocina donde siguen viendo el libro y le cuento a mamá la noticia que me dio el tío Gale, y les doy los saludos
-felicidades hija-me dice papá, se que a ninguno de los dos les parece buena idea pero al final aceptaron, ya que vieron lo importante que era para mí-, y el fin de semana vamos al 4
-vale, ¿les llamo a Annie y a Finn?-
-si-dice mi padre, mientras sigue intentando calmar a mi madre, me dirijo casi saltando al teléfono, ahora que no estoy tan aturdida me da un escalofrío al entrar al estudio, ya que en ese lugar estaba Snow el día de la gira de la victoria de mamá, aunque después marco el numero que me es tan familiar y se me forma una sonrisa.
-¿hola?-me dice una voz masculina, dulce y algo insegura, es Finn
-¡hola Finn!-le digo tan contenta como siempre que llamo
-¿estas algo nerviosa?-me pregunta, es el único que sabe cuando algo me pasa
-un poco, le acaban de contar la historia a Gale-
-ya me lo imaginaba, ¿y cuando pueden venir?-
-si es que nos reciben, el fin de semana-
-¿¡Qué tonterías estás diciendo!?, ¡por supuesto que los recibiremos, con como de la familia!-me reclama tratando de parecer indignado, no le funciona
-vale, vale, ¿Cómo está tu madre?-
-cada vez mejor, ¡nos vemos luego!
-adiós-
Me dirijo feliz de la vida a la cocina donde mamá ya se recuperó, y Gale está como hipnotizado hojeando el libro
-¿no hay ningún problema— con que vayamos? ¿Cómo están Annie y Finn?-dice mamá
-están muy bien y no hay ningún problema, incluso Finn me regañó cuando le dije que íbamos solo si nos recibían-
-me lo imagino, ¿hija me acompañas a la pradera mientras tu padre le enseña a Gale el libro? Sabes que me pondría algo sensible-
-claro-
Vamos a buscar los arcos por si se nos antoja ir de caza y emprendemos el camino a la pradera
-¿mamá no te afectó demasiado?-le pregunto
-no más de lo que me afectó cuando te la contamos a ti-después nos vamos a mi árbol preferido, después de un rato mamá se duerme en una rama y yo la ato con una cuerda a la rama para que si rueda no se caiga, luego bajo para cazar un poco y al apartar las ramas colgantes me encuentro con una rosa blanca, solo me da escalofríos al recordar lo que pasó mamá pero no le tomo mucha importancia, un niño debió dejarla por aquí, así que la escondo en un arbusto para que si mamá despierta y baja no tenga ningún momento desagradable y le dejo junto al tronco una nota a mi madre para que sepa que me fui de caza.
Después de un rato cazando ya tengo tres ardillas y un conejo, cuando veo una trampa y alguien o algo salta de un árbol y se queda detrás de mí, automáticamente cargo una flecha en el arco y me doy la vuelta para protegerme si es necesario, solo encuentro a Jared, el hijo de Johanna Mason, una amiga de mis padres, que me quería dar un susto
-¿Qué te pasa Jaread? ¿Por qué siempre haces lo mismo?-le digo algo enfada
-no te imaginas lo divertido que es ver la cara que pones-
-¿acaso me dejarás cazar en paz algún día?-
-es tan poco probable como que el Capitolio vuelva al poder-en cuanto termina la frase le doy una bofetada
-¡ni se te ocurra hablar de cosas así!-le grito e intento salir corriendo, pero él me sujeta de la muñeca
-no quería molestarte-me dice y noto que le deje roja la mejilla con la bofetada, me alegro
-¡me importa un comino que quisieras molestarme o no, siempre haces lo mismo y me tienes harta!-le grito soltándome y luego corro hacia el árbol donde está mamá y trepo hasta estar junto a ella para que Jared no me vea.
Espero un rato sobre el árbol mientras veo pasar algunas veces a Jared, buscándome, hasta que por fin se harta y se va, entonces despierto a mamá y nos vamos a casa, no hablamos mucho simplemente nos limitamos a mirar el distrito, llegamos cuando papá está preparando la cena así que le doy lo que cacé, cuando terminamos alguien llama a la puerta y mamá va a abrir.
-disculpe señora Everdeen, ¿está Rue?-no puede ser, tenía que ser Jared
-si, ¿quieres pasar?-
-no se preocupe solo quiero hablar un poco con ella-
-vale, Rue ¿puedes venir?-me llama mamá, doy un respingo y salgo cerrando la puerta detrás de mi
-¿Qué quieres?-le gruño a Jared
-lo siento, no debí hablar del Capitolio, sé lo mucho que te daña y no era mi intención herirte o fastidiarte, lo único que quiero es que me perdones, por favor-
-pues pierdes tu tiempo, vete ya-le digo retrocediendo para abrir la puerta y entrar, pero me sujeta de la cintura y me besa, un recuerdo me viene a la mente, el tiempo en que estuve saliendo con él hace cuatro años, terminamos porque al igual que hoy él nunca paraba de recordarme los peores tiempos de Panem y no podía soportarlo.
-lo siento por lo que te dije hoy, quiero volver contigo-dice y se va, retrocedo y entro a mi casa, cerrando de un portazo
-¿que te pasa?-dice mamá
-nada, tranquila, voy a dormir-
Subo a toda prisa a mi habitación, cierro la puerta y pateo enojada lo primero que encuentro, mi cajita de recuerdos que había dejado en el piso anoche, todas mis cosas se esparcen por el piso, me pongo a recogerlas, son unas pocas cosas, una caracola de mi primera visita a Finn y Annie, el broche de sinsajo de mamá, un collar con una flor tallada en madera que me hizo Jared cuando salíamos y la letra de una canción que compuse de pequeña, guardo todo y me pongo un pijama, me acuesto y me duermo. Al día siguiente me despierta Effie Trinket, la acompañante en los juegos de mamá y papá, no tengo la menor idea de por qué está aquí.
-¡arriba, arriba, llegaremos tarde al tren hacia el capitolio, recuerda que hoy es la fiesta por el aniversario de la victoria de los rebeldes!-
-Effie me puedes decir por que debo ir a esa fiesta, yo no tengo nada que ver con la rebelión y me han dicho que solo van las personas importantes que participaron -
-lo que pasa es que tu madre quiere que vayas con ella, recuerda que tú, tu hermano y tu padre le devolvieron la felicidad-me replica, ¡desde cuando esta mujer sabe las cosas privadas de mi familia!, la verdad es que me agrada mucho, pero a veces es algo irritante
-vale-respondo cerrando la puerta del baño, me pongo un vestido blanco simple y unos zapatos grises, me hago un recogido, me pongo unos pendientes que combinan con los zapatos y bajo a la sala, donde encuentro a Gale.
-hola Rue, Jared te dejó esto-me dice mi hermanito entregándome una nota, la agarro y la rompo-¿Qué pasa?
-no quiero saber nada de él, ¿Cuándo nos vamos?
-en cuanto mamá esté lista, ya sabes que a Venia Flavius y Octavia les encanta tardarse en arreglarla.
-ya sé, eso si Effie va a estar furiosa.
-tienes razón, con toda esa obsesion por la puntualidad. Aunque parece que pasas mucho tiempo con ella, se te esta contagiando lo gruñona.
Cuando termina esa frase lo salgo persiguiendo, pasamos por la cocina, el estudio, volvemos a la sala y luego al patio, donde por fin lo alcanzo, lo derribo y le hago cosquillas.
-no se vale, tu eres mayor-se queja entre risas
-pero tu eres casi mas rapido que yo, asi que estamos igual-mientras le digo eso se safa y sigue corriendo lo persigo hasta que llegamos al lateral de la casa, cuando me doy cuenta de a donde irá a parar si sigue corriendo le grito-¡cuidado con la prímulas!-alcanzo a sujetarlo un segundo antes de que las pise, si las aplasta le arruinamos el día a mamá, sin mencionar el castigo que nos daría papá, nos sentamos frente a la entrada y esperamos a que salgan mamá y papá.
-¿Qué decías de las prímulas, Rue?-dice papá cuando abre la puerta y nos ve
-nada, solo que por accidente casi piso las prímulas, pero no les pasó nada-siempre trato de evitarle problemas a Gale
-¿segura que fuiste tú? Porque parecía que le advertias a alguien-dice mirando a mi hermano
-fui yo-salta mi Gale
-eso si me lo creo-dice papá, en eso llega mamá, lleva el vestido que me dijo que usó en el 11, es el que más le gusta a papá.
Nos vamos al tren tratando de no escuchar los regaños de Effie, la verdad no hay ningun problema, incluso llegamos al tren con tiempo de sobra, nos salvamos de otra hora de sermones, este tren es aún más rapido que el que llevo a mamá a sus juegos así que, según Effie, llegaremos una hora antes de la fiesta
En cuanto llegamos al tren mamá y papá se van a su habitación mientras yo me quedo a ver la clases de baile que le da Effie a Gale en la sala, la verdad se le da pésimo, me rio bastante, aunque mi hermano me lanza miradas fulminantes de vez en cuando, al menos soy mejor que él en algo. Después de un rato Effie me llama y me enseña un baile del que no sabía nada, me dice que lo bailan mucho en el distrito 4, el merengue, la verdad es muy divertido, luego Effie me pone a bailar con mi hermano, nos reímos mucho ya que mi hermano me deja caer varias veces, Effie planea que baile frente a todos con un chico del que no me dice ni el nombre.
-¿pero y si lo hago terrible?, apenas me enseñaste hoy-le digo.
-sí, te enseñé hoy, pero bailas muy bien así que no hay problema-responde y pone un video en el televisor- esta es tu coreografía.
Me quedo mirando el baile que debo hacer y me aterro, voy a hacer el ridículo frente a todo Panem, yo no puedo bailar así.
-yo no bailo tan bien-digo preocupada
-que va, solo ponte a ensayar con tu hermano y mejoraras, ahora yo voy a evitar que sus padres los vean, quiero que sea sorpresa-al decir esto pone la música y sale dejándonos solos para ensayar, Gale es quien me persigue esta vez, está bastante enojado porque me reí de sus clases de baile.
-¿vas a ayudarme o a perseguirme? Si me ayudas te dejo burlarte de mí todo lo que quieras el resto del mes.
-vale, pero no te enfades si te dejo caer.
Asiento y empezamos la coreografía, me deja caer varias veces, la mayoría creo que fue a propósito, pero al final somos una pareja de baile bastante buena, cuando llegamos al Capitolio Effie manda a mamá, a papá y a Gale a la fiesta, mientras que me lleva a su casa donde me entrega un vestido que me deja bastante al descubierto, de color rojo y con tacones de aguja.
-¡¿quieres que lleve esto?!-le pregunto señalando el traje
-si, eso usan las bailarinas de merengue.
-¿y que hay de los tacones? No se usarlos.
-es simple primero el taco, luego la punta, recuerda taco, punta, taco, punta.
-taco, punta, taco, punta-digo caminando, luego practico unos pasos de la coreografía
-ves que no era tan difícil, ahora ponte el traje.
Obedezco y cuando termino Effie me entrega una flor para el pelo y un abrigo largo, me los pongo y la acompaño a la fiesta, es en el circulo de la ciudad, han puesto un escenario en el centro, ahí es donde tengo que bailar, Effie me lleva detrás del escenario.
-quédate aquí, pronto llegara tu compañero.
-pero…
-sin peros, voy con tus padres y tu hermano.
Me quedo esperando algo nerviosa, en parte porque puedo hacer el ridículo en cualquier momento y en parte porque no tengo ni idea de con quién voy a bailar, en algún momento me tapan los ojos y me quedo petrificada.
-hola Rue, ¿estás lista? Porque yo ni un poco -esa voz me deja más tranquila, me quito sus manos de mis ojos y me giro para ver a mi mejor amigo.
-hola Finn, yo estoy igual.
-juro que no voy a perdonar a Effie por esto nunca.
-ni yo-en cuanto termino esa frase llega Plutarch y nos dice que es nuestro turno, me dirijo a él-tú y Effie teniais planeado esto hace mucho ¿cierto?-se limita a asentirme
Nos ponemos en el centro del escenario como nos indica Plutarch, empieza a sonar la canción con la que Effie me enseño en el tren y nos ponemos a bailar.
-¿Cuándo aprendiste a bailar merengue?-me dice Finn
-hoy-en eso Finn me levanta y cuando me baja estoy a punto de resbalarme, pero me sujeta justo a tiempo-, Effie me las va a pagar
-mejor charlamos después, no quiero que te lastimes
-vale
El resto del baile pasa sin inconvenientes, en cuanto terminan los aplausos Finn me lleva detrás del escenario, ya que estoy roja como tomate.
-¿Qué te pasa?-me pregunta
-nada solo estoy muerta de vergüenza.
-ven-dice, me toma de la mano y me lleva a un pequeño bosquecito en una plaza detrás de la que era la mansión de Snow. Nos relajamos un poco y nos contamos todo lo que ha pasado desde la última vez que nos vimos, hace un par de meses, en eso nos damos cuenta de que aún me tiene cogida de la mano, nos soltamos y ambos nos ponemos rojos, pero enseguida seguimos conversando. Me doy cuenta de que está a punto de amanecer y volvemos con nuestros padres, que se quedan conversando un rato más y deciden que nos vamos hoy mismo al 4 junto a Finn y Annie
Finn me acompaña hasta la puerta de mi habitación en el tren y luego se va a la sala para poder cambiarme tranquila y luego seguir conversando con él, cierro la puerta y busco en mi pequeña maleta hasta que encuentro una camisa verde y unos pantalones anchos negros, voy al baño a cepillarme el cabello y me dispongo a ir a la sala pero me detiene el aroma a rosas me giro y busco con la mirada en la habitación y en efecto me encuentro una rosa blanca y una nota con unas pocas palabras, <<felicidades por tu espectáculo, lástima que en unos meses ya no serás capaz de bailar>> estoy aterrada y quiero gritar que encontré una rosa blanca, esto es muy sospechoso, de hecho todo Panem odia las rosas blancas, existen muy pocas, lanzo la rosa y la nota por la ventana antes de que parta el tren y me voy a la sala.
-¿Qué te pasa?-me dice Finn, fue un error venir
-nada, una estupidez solamente-no parece muy convencido pero se limita a asentir y me señala un hueco junto a él en el sofá, me siento y seguimos conversando durante todo el viaje al distrito 4.
Llegamos a las 14:00 y Effie nos lleva corriendo a mí y a mamá a la tienda de ropa más cercana, antes de que me sacara a rastras del tren (odio ir de compras) solo tengo tiempo de decirle un <<nos vemos luego>> a Finn que se estaba partiendo de risa.
-¿¡cómo quieres que use eso!?-le digo a Effie cuando me muestra un bikini que me deja bastante expuesta, ya iban como diez
-¡esta bien! Escoge tú, total yo no me lo voy a poner, pero también debes buscar conjuntos suficientes para tu estancia aquí.
-gracias-le digo mientras observo la tienda en busca de ropa que no me exponga demasiado, encuentro una sección perfecta para mí, empiezo a elegir unos cuantos vestidos, camisas, pantalones y luego encuentro un bikini apropiado que por su diseño recuerda al bosque, llevo lo que elegí junto a mi madre y a Effie, que me reclama que eso no esta de moda, que es muy poco y bla bla bla, pero al final termina de elegir ropa para mamá y nos lleva a la caja registradora sin decir ni pío. Después nos vamos a dejar las bolsas en casa de Annie y Finn, yo aprovecho y me pongo el bikini que compré un vestido bastante cómodo de color crema y nos vamos a la playa. En seguida vemos a mi padre y a Annie preparando un día de campo, mamá va dando saltitos hasta llegar con papá, les pregunto donde están Gale y Finn y me dicen que se están bañando. Me quito el vestido y voy con ellos, cuando los veo trato de hacer el menor ruido posible hasta que estoy justo detrás de Finn que observa sentado a mi hermano, salto sobre él y le grito un “hola”, él pega un grito, cuando se da cuenta de que soy solo yo me sujeta de la cintura y me arrastra mar adentro hasta que el agua me llega a la cintura, entonces me levanta y por último me suelta, quedo sumergida por completo, aprovecho para hacerlo resbalar y nos quedamos jugando en el agua con mi hermano, después de un rato Finn decide enseñarme a surfear, Gale se va y Finn va a buscar su tabla, me empieza a enseñar cómo dar brazadas y me dice como ponerme de pie, lo intento varias veces cayéndome al agua hasta que lo logro, entonces me muestra una parte del mar y me dice que intente montar una ola, ya que ese es el lugar más seguro, doy brazadas hasta llegar y cuando me está llevando la ola me pongo de pie, termino cayéndome bastante cerca de Finn.
-eres bastante buena-me felicita y me lleva a la orilla-ahora vamos a fabricar tu propia tabla
Encuentra un trozo de madera lo bastante grande para hacerme un tabla, me entrega un cuchillo y me ayuda a tallar mi tabla, queda bastante bien ya que Finn hace la mayor parte, si no yo la habría arruinado, luego tomamos las tablas y entramos al mar, surfeamos un rato hasta que él decide ir a la orilla, yo me quedo un rato sentada en la tabla mientras el agua me mece mientras él me observa, estoy así hasta que veo que algo se me acerca nadando, una figura completamente blanca, cuando se me acerca un poco me percato de lo que es, un agente de la paz, esto es malo, me deshago de la tabla y empiezo a nadar desesperada a la orilla, pero no soy rápida así que me agarra del tobillo y me sumerge, me falta el aire y todo se vuelve negro.
Lo primero que veo son los ojos del color del mar de Finn, observo como suspira aliviado y noto sus manos en mi pecho ¿Me estaba reanimando? ¿Qué sucedió? En seguida recuerdo todo lo que pasó antes de que perdiera la conciencia y me entran los nervios, si un agente de la paz trató de ahogarme y me han dejado rosas blancas solo puede significar una cosa, estoy presenciando el regreso del capitolio.
-¿Qué sucedió?-me dice mi padre, bastante inquieto
-me caí de la tabla y creo me que golpeó-le respondo y me fijo en Finn que está con cara de “esto no me lo creo” le lanzo una mirada suplicante entonces me ayuda a levantarme y me conduce a su casa con el pretexto de llevarme a reposar, cuando cierra me sujeta por los hombros para que no lo evada.
-¿Qué pasó en realidad? No me vengas con el pretexto de la tabla, solo sé que viste algo y empezaste a nadar hacia la orilla, pero entonces te hundiste ¿quisieras explicarme?
-es básicamente eso, lo que vi en realidad era un agente de la paz y cuando iba nadando me sujeto del tobillo y me hundió, creo que estamos viendo el regreso del capitolio.
-puede que no sea tan importante, tal vez es solo un pequeño grupo que quiere obtener el poder.
-no lo creo, porque me han estado llegando rosas blancas, estoy segura de que alguien de la familia de Snow tiene que ver, y todos ellos son peligrosos-noto que está pálido así que me aparto y me dirijo al teléfono, marco el numero del tío Gale y le explico lo sucedido, quedamos en que es mejor no alarmar a mi familia ni a Annie, así que va a venir para investigar, me giro y me encuentro a Finn detrás de mí, me abraza y desliza sus dedos por mi pelo.
-tranquila, juro que no te harán daño-me susurra apartándose para poder verme el rostro, al parecer le preocupa lo que ve ya que continúa-, no voy a dejar que te pase nada-luego me sujeta el rostro y me besa, entonces me doy cuenta, lo que siento por él hace tiempo dejó de ser solo amistad, lo amo.
-¿desde cuando…-empiezo pero luego me callo, él parece entender a lo que me refería así que me contesta.
-cuando volviste a tu casa hace dos meses me sentía terrible, estaba desesperado por volverte a ver, entonces me di cuenta de lo que sentía.
Me toma de la mano y me lleva al cuarto de invitados donde me quedé la última vez que vine y nos sentamos en la cama, intentando hablar tranquilamente hasta que llegue el tío Gale, noto que Finn sigue pálido así que le toco la mejilla con cariño.
-todo va a salir bien, los soldados se encargarán-le digo para calmarlo
-no entiendes, si lo que piensas es verdad, tú serías el blanco.
-¿yo? ¿Por qué?
-porque si hay otra guerra tu madre volvería a ser el símbolo, y tu eres muy importante para ella, le ha contado a mi madre que ve en ti a tu tía Prim, bastaría con capturarte para que tu madre quedara destrozada y no pudiera darle esperanzas a Panem, sé que estoy siendo algo duro, pero es la verdad y lo que más me preocupa ahora es perderte.
Con cariño me sienta en su regazo y me abraza, siempre temí que este día llegara, el día en que el Capitolio volviera, pensaba que lo único que podría hacer si pasara sería llorar, pero ahora no tengo miedo, siento la necesidad de proteger a las personas que quiero, mi madre, mi padre, Gale, Annie y Finn. Finn, que hasta hoy no sabía el amor tan grande que siento por él, y que necesito proteger a toda costa. Podrán torturarme, matarme, convertirme en uno de esos criados que te tenían, los avox, o incluso podrán mandarme a unos juegos, en tanto ellos estén bien, puedo soportar lo que sea que se les ocurra hacerme.
-Rue ¿pasa algo?-me dice Finn, debí estar un buen rato absorta en mis pensamientos.
-estoy bien, pero deberíamos ir a buscar a tu madre y a mi familia, por precaución.
-no es necesario, mientras hablabas con tu tío llamé al móvil de mi madre, le dije que estaríamos un buen rato aquí, pero estaban demasiado preocupados por ti y ahora deben venir en camino, mejor te traigo algo de comer-dice y se va. Aprovecho para ponerme ropa interior en vez del bikini mojado y un vestido del color de los ojos de Finn.
Me quedo mirando por la ventana, se puede ver la playa al completo, el mar es hermoso, decido abrir la ventana para que me llegue la brisa marina y cierro los ojos, estoy un rato así hasta que me rodean unos brazos y alguien reparte pequeños besos por mi cuello.
-¿pasa algo, bonita?-me susurra Finn
-nada, solo que me encanta la brisa marina, y el mar.
-cuando todo esto pase te llevaré mar adentro para que veas a los delfines, te van a encantar.
Noto que me gira y me toca la mejilla, abro los ojos y me encuentro con su rostro, me da un besito en la frente, le sonrío y le rodeo el cuello con mis brazos, me apega a él y oculta su rostro en mi pelo. Estamos así hasta que escuchamos cerrarse una puerta.
-ya deben haber llegado ¿Por qué no descansas un rato?-dice Fin apartándose y luego señala la bandeja con comida que me trajo- También podrías comer un poco
-está bien.
Me quedo un rato en la cama, pensando en todo lo que ha estado ocurriendo, bueno y malo, entonces que suena mi móvil,  lo saco de mi bolso, reconozco el número del tío Gale, así que contesto.
-¿hola?
-hola Rue-me responde-, en unos diez minutos estaré llegando a la playa del 4, será mejor que Finn y tú vengan, recuerda que no debes alarmar ni a tu familia ni Annie, así que díganle, que van a nadar o cualquier otra cosa, el aerodeslizador estará detrás de las cuevas, para pasar desapercibidos.
-vale, ahora voy por Finn.
Salgo de mi habitación con la mejor sonrisa que tengo y me pongo a buscar a Finn, lo encuentro en la cocina conversando con mi madre y mi padre (que está bastante enojado), Finn está sentado de espaldas a mí así que, por detrás, le rodeo el cuello con mis brazos y observo su rostro, se le escapa una sonrisa al verme.
-¿me acompañas a la playa?-le digo, está a punto de hablar cuando papá lo interrumpe.
-ustedes dos no van a ninguna parte solos, se nota que él no puede cuidarte.
-puedo cuidarme perfectamente sola, gracias-le respondo y le lanzo una mirada suplicante a mamá, al parecer se dio cuenta de que hay algo entre Finn y yo y cree que quiero estar a solas con él porque convence a papá de que nos deje marcharnos. Tiro de Finn hasta la entrada, pero se rehúsa a seguir caminando.
-¿estás loca? ¿Y si se aparece el agente que intentó ahogarte? Mejor volvamos adentro.
-No estoy loca, lo que pasa es que el aerodeslizador en que viene el tío Gale llega a la playa en menos de diez minutos.
-hubieras comenzado por ahí.
Me toma de la mano y caminamos hacia la playa.
-de todas maneras me preocupa que salgas, al menos hasta que se calme todo.
-a mí no, te tengo para protegerme.
-si soy el único estas muerta.
-no seas tan negativo-le respondo, cuando me doy cuenta hemos llegado a la playa, me dirijo a las cuevas detrás de las que el tío Gale dijo que estaría el aerodeslizador, Finn está tenso y me rodea con su brazo.
-sigo preocupado-me susurra, le doy un beso en la mejilla
-relájate. No hay ningún peligro.
Escalo las rocas que forman las cuevas y observo el aerodeslizador entre ellas, me acerco poco a poco, con Finn cerca de mí en todo momento, frente a la puerta están el tío Gale, su hija Debrah y un par de soldados, nos acercamos y el tío Gale nos ve.
-por lo que veo estas sana y salva-me dice
-así es ¿Cómo están Delly, Boggs y Pervinca?-después de la guerra el tío Gale se casó con Delly Cartwright, su primera hija fue Debrah, que tiene tres años más que yo y somos muy amigas, luego nacieron los mellizos Boggs y Pervinca.
-muy bien-me responde
-hola Debrah-le digo a mi amiga- me alegra que también vinieras
-como no iba a venir, somos amigas ¿no?, es obvio que una se preocupe por la otra.
Después de los saludos llevo al tío Gale al lugar en el que me observaba Finn  y le describo mejor al agente, después de un rato nos aconseja que volvamos a casa, me despido de Debrah y Finn y yo nos vamos.
-ves que no era peligroso ir-le digo a Finn cuando vamos entrando a la aldea de los vencedores
-sigo sin estar seguro-me dice cuando llegamos a la puerta de su casa, luego me abraza- pero me alivia que estés a salvo.
Capitulo 8:
Cuando me suelta recién nos damos cuenta que está anocheciendo, Finn me acompaña a mi habitación y baja a preparar la cena, dijo que prepararía mi platillo favorito, el cebiche. Me quedo sola un rato hasta que llega mi madre con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿se divirtieron en la playa?-me dice
-sí-le respondo sonriendo
-¿y desde cuando te gusta? ¿Tú le gustas?-ya dejó libre su curiosidad
-cuando volvimos después del incidente con la tabla me besó y entonces me di cuenta, por lo segundo yo supongo que sí.
-¡qué alegría! Aunque tu padre está muy enojado.
-¿Por qué?
-culpa a Finn por lo que sucedió está mañana, pero ya lo calmaremos.
-vale.
Empezamos a conversar de otras cosas hasta que Finn sube a buscarnos para la cena, mamá sale la primera y entonces Finn me toma de la mano y me acompaña hasta el comedor, se sienta junto a mí y cuando que llegan todos empezamos a comer, Está delicioso, Annie, Effie y mis padres empiezan a conversar sobre sus antiguos conocidos, hablan de Johanna Mason, del tío Gale, de Beetee y hasta hablan de Haymitch, Finn y yo no hablamos en ningún momento, ambos tenemos la cabeza en otra parte. Cuando terminamos Finn y yo vamos al jardín mientras que los demás siguen su conversación, me vuelve a rodear con sus brazos como en la tarde, aunque sigue tenso.
-relájate, todo va a estar bien-le susurro.
-eso espero, pero hasta que no atrapen a ese agente o grupo no voy a estar tranquilo.
-Finn estamos a salvo, ya te dije que los soldados del 13 van a encargarse de esto.
-¡A salvo! ¡Intentaron ahogarte! ¡Claro que no estamos a salvo!-dice lo suficientemente bajo para que no nos escuchen.
-Finn, debes ser menos negativo, no mires el lado malo-digo girándome y tocándole el rostro.
-¡es que no hay lado bueno Rue! ¡no lo hay!
Me pongo de puntillas y le doy un besito en la mejilla, luego apoyo mi cabeza en su pecho, él desliza sus dedos por mi pelo.
-lo siento bonita, trato de ver el lado bueno pero no puedo-susurra
-trata de ser positivo, no importa que tan malo parezca el presente, siempre hay algo bueno, una esperanza.
-eres lo mejor que me ha pasado-dice, luego me levanta suavemente la barbilla y me besa, lleva sus manos a mi cintura acabando con la poca distancia que nos separaba y yo entrelazo mis dedos en su pelo.
-te amo Finn-le susurro cuando nos separamos, al parecer se le olvidó todo lo que ha estado pasando porque me toma de la mano y me lleva corriendo a la playa, no paramos hasta que llegamos al mar, entonces empezamos a nadar, nunca había visto el mar de noche, hoy la luna brillaba lo suficiente para verlo todo, el mar se veía hermoso. Nos salpicamos el uno al otro y nadamos. Bajo el agua observo una cueva submarina, le hago señas a Finn para que me siga y nado hacia allá, salgo a la superficie y me encuentro con que las rocas que forman la cueva están repletas de piedras preciosas, nado hasta una roca bastante ancha para los dos y miro a Finn que en el agua esta sonriendo.
-te ves hermosa-me dice y yo me ruborizo.
-ven- le susurro y le extiendo una mano, él sube y me abraza. Nos apoyamos en la roca yo me voy adormilando poco a poco, me pesan los ojos así que me acurruco junto a él que rodeo con sus brazos y me duermo.
-despierta bonita-escucho que me susurra con voz dulce Finn mientras me sacude el suavemente el hombro. Abro los ojos y observo como mira con expresión dura hacia el frente.
-¿pasa algo?
-solo que nos vamos, no sé cómo pude arriesgarme a traerte a la playa con todo lo que está pasando. Será  mejor que nos quedemos dentro de la casa hasta que todo acabe.
-Pero Finn…
-Rue hazlo por mí, te amo y no quiero que te pase nada
Me ayuda a levantarme y nos zambullimos en el agua, Finn ha perdido toda la alegría de hace un rato, llegamos a la orilla sin ningún problema y me percato de que está amaneciendo, debes ser como las 6.
-Finn, el tío Gale me dijo que vayamos a verlo hoy para saber si han descubierto algo-noto como suspira exasperado
-si no hay más remedio-me responde, entonces volvemos al lugar donde ayer encontramos el aerodeslizador, en su lugar hay todo un campamento. Diviso al tío Gale y vamos hacia él.
-¿nada nuevo?-le pregunto
-nada, pero preferiría que Debrah os acompañe, ella ya recibió su entrenamiento y podría cuidaros.
Resoplo frustrada, no necesito que me cuiden, puedo cuidarme perfectamente sola.
-vale-me limito a decir, entonces Debrah, Finn y yo nos vamos a la casa, cuando llegamos le digo a todos que como no nos veía ni a Finn ni a Gale ni a mi hace un tiempo Debrah vino al 4 sabiendo que estábamos de visita. Le prepararon un cuarto y luego salió al jardín, yo estaba muerta de sueño así que Finn me dejó en mi habitación y se fue. Después de estar horas sola decido ir a buscar a Debrah para saber cómo ha estado, pero lo que encuentro me rompe el corazón, en el jardín estaban mi supuesta amiga y Finn rodeados de papeles besándose. Se me escapa un chillido y luego subo a mi habitación entre lágrimas.
Cierro de un portazo y hecho el pestillo. Me siento en el piso y me echo a llorar, no puedo creer que me hayan hecho esto, escucho como Finn golpea la puerta y me llama, lo ignoro y sigo llorando, me es imposible parar, como fui tan estúpida para enamorarme tan rápido y tanto. Necesito estar tranquila para poder pensar así que abro la ventana, que por suerte está junto a un árbol y empiezo a bajar, cuando toco el piso noto que me agarran del brazo y me pegan una pistola a la cabeza. Me giro poco a poco y reconozco al agente de la paz que intentó ahogarme, sé que estoy frita.
-ni se te ocurra gritar o te mato ahora mismo-me dice, a modo de respuesta le escupo, lo que hace que me gane un golpe con la culata de la pistola. El agente me lleva hasta las afueras del distrito donde hay una especie de jungla, tira de mí hasta llegar a una especie de campamento, me obliga a avanzar hasta una tienda donde me encuentro con el hijo mayor de Snow. El agente me suelta y se va, dejándome sola con una de las personas más peligrosas de Panem.
-ahora que me capturaron ¿Qué quieres?-le espeto, él me examina.
-me imaginé que estarías algo mas miedosa.
-lastima decepcionarte. ¿Me dirás qué demonios van a hacer conmigo?
-aún no nos decidimos del todo, estamos entre torturarte a ti y a tu hermano, o mandaros a otros juegos, aunque algo diferentes.
-si quieren ver destrozada a mi madre no les recomiendo ninguna-haré lo que sea por mantener a mi hermano fuera de esto.
-es algo raro verte cooperar, entonces ¿Qué sugieres?
-la idea de los juegos no es mala, pero el problema es mandarnos a los dos. Si perdiera a sus dos hijos mamá no tendría ningún problema en suicidarse pero con uno todavía vivo ella tendría que vivir con el dolor.
-parece bastante lógico.
-sí, es lógico, pero una observación, no manden a mi hermano, sé que le dolería más a mi madre que vaya yo, le recuerdo demasiado a mi tía Prim, sería como volver a perderla y de paso también a una hija, dolor doble.
-entonces eso será, pero creo que quieres algo a cambio de sacrificarte ¿no?
-estás en lo correcto, a cambio quiero que mi hermano y Finn estén a salvo de por vida-¿por que mencioné a Finn? Supongo que a pesar de lo que me hizo lo quiero, estúpida, estúpida, estúpida.
-¿y qué pasa si no?- es verdad no tengo nada con lo que pueda negociar, me muerdo el labio y me percato de que el agente dejó su pistola junto a mí. Perfecto, justo ahora tengo mi móvil en un bolsillo, tomo la pistola y le apunto al hijo de Snow, luego saco mi móvil.
-pues ahora mismo llamo a unos soldados del distrito 13 que están entre la cuevas de la playa y les digo lo que está pasando.
-qué gran negociadora, hecho-dice extendiéndome una mano, yo dudo-recuerda que los Snow siempre cumplimos nuestras promesas.
-si eso es todo me voy a esperar a que organicen todo, total le dolerá más a mi madre si piensa que no sucede nada.
-un gran plan-dice señalándome con una mano la salida, dejo la pistola en el piso y me voy, cuando dejo atrás la jungla y entro al distrito estoy tan distraída que no me percato de que Finn está frente a mi hasta que me estrecha en sus brazos.
-¿estás bien?-me dice apartándose, yo lo empujo.
-lárgate.
-bonita por favor déjame explicarte.
-tienes un minuto.
-como me dijiste intente relajarme un poco, así que me fui al jardín un rato y entonces Debrah me comentó que ensayaba un papel para una obra, recuerda que ahora son muy comunes las presentaciones de teatro en el 13, así que la ayudé y lo que viste fue una escena en que los personajes se besaban, nada más.
-me hubieras avisado que ibas a ensayar una obra antes de empezar, tonto, lo que vi cualquiera lo malinterpreta-le digo acercándome y escondiendo la cara en su pecho.
-¿Qué te hicieron?-me dice tocándome la frente en el punto donde me golpeó el agente, me llevo la mano ahí y noto que estoy sangrando
-estoy bien, te lo prometo.
-¿Qué pasó en el lugar al que te llevaron?
-¿Qué viste?-le pregunto
-se me ocurrió entrar a explicarte por tu ventana, iba hacia el árbol y vi como ese agente te llevaba a las afueras del distrito, lo primero que hice fue decirle a Debrah para que le avisara al comandante Hawthorne y luego vine a buscarte. ¿Qué pasó allá?
-nada Finn, estoy bien.
Intenta hacer que le confiese todo pero termina rindiéndose y abrazándome.
-está bien por ahora, pero ¿me perdonas por lo que viste?
-solo si me das un beso- le digo, él sonríe lleva sus manos a mi cintura y me besa, no me arrepiento de obligar a Snow a no hacerle daño. Ojala él pueda superar mi muerte, ya que siendo realista no voy a sobrevivir.
-sería mejor  que subamos por el árbol, así puedo limpiarte la herida en el baño y nadie sabrá lo que pasó-me dice Finn, yo asiento medio distraída y empezamos a subir. Al llegar me lleva al baño, me limpia la herida con un paño húmedo y nos sentamos en la cama, yo me acurruco a su lado y él me rodea con sus brazos.
-¿podrías decirme ahora lo que pasó en realidad?-me pide apartándose para mirarme a los ojos, noto un pequeño tono de exigencia en su voz
-vale-contesto y me empiezo a inventar una historia- ese agente era el mismo que intentó ahogarme, e intentó adentrarme en la jungla, pero se distrajo con algo y me escapé, esa herida me la hizo antes de empezar a caminar a fuera del distrito, creo que no fue una buena idea escupirle-no es muy brillante pero se la cree.
-¿Qué tú le escupiste? Eso me cuesta creerlo-me contesta entre risas.
-¿Por qué?                                                                         
-eres muy inocente
-no lo creas-le digo, la verdad no tiene idea de lo que va a pasar, al menos voy un paso adelante que él, al pensar eso se me escapa una risita.
-está bien, pero no te vuelvo a dejar sola.
-¡hey!-protesto- pude arreglármelas solita, que conste.
-vale vale, ven aquí bonita-dice acercándome de nuevo a él, no me está tomando en serio, si supiera lo que pasó no creería lo mismo.
-mejor bajemos, ya me está dando hambre.
-¿Qué quieres cenar?-me pregunta sonriente.
-no tengo idea.
-¿Jaibas?
-vale.
Me toma de la mano y me sienta en la mesa, encontramos una nota de mi madre, donde dice que todos se fueron a la playa para dejarnos solos, sonrío, me levanto, me voy a la cocina y le muestro la nota a Finn que está preparando las jaibas, o lo que creo serán las jaibas.
-está bien, pero siéntate-dice con dulzura, sé que trata de ocultarme algo, lo obedezco y me voy al comedor, espero un rato y luego Finn me besa la mejilla y me deja un plato frente a mí, no era jaiba es langosta, la verdad me encanta el sabor, pero estoy algo extrañada porque desde hace un tiempo que la langosta se come aquí solo en ocasiones especiales, pienso todo eso en unos segundos hasta que Finn me susurra al odio:
-Feliz día de san Valentín-claro, hoy estamos a 14 de febrero, el día de san Valentín, me llena de alegría la importancia que le pone a pesar de que estamos juntos desde un par de días, me giro y le doy un abrazo.
-te amo, te amo, te amo-le digo muy contenta.
-qué bueno que estas tan contenta Bonita, suerte que lo tenía planeado, con el día difícil que has tenido.
-pues hiciste que se me olvidara todo lo malo- le respondo y luego lo suelto para que se siente junto a mí.
-espero que te guste-dice y ambos empezamos a comer, está deliciosa.
-eres un muy buen cocinero-le digo al terminar.
-solo cuando se trata de marisco, en el resto soy un desastre-me responde con una sonrisa de oreja a oreja, nos vamos al jardín, nos sentamos en el césped y me acurruco junto a él como hace un rato, en vez de abrazarme toma mi cara entre sus manos y me besa, a pesar de todo lo malo que sucedió hoy, está siendo uno de los mejores días de mi vida, nos separamos para respirar y entonces apoyo mi cabeza en su pecho mientras que él desliza sus dedos por mi pelo.
-te amo-le susurro y observo como él sonríe. Nos quedamos así hasta que llegan todos, la verdad tengo bastante sueño así que Finn me acompaña a mi cuarto, me pongo mi camisón favorito (es de un color verde que recuerda al bosque) y me duermo.
al despertarme lo primero que hago es ir a la armeria, ahora a la gente le encanta cazar, voy por unas cuantas cuerdas y puntas de flechas (necesito mejorar creando arcos) y me voy a la selva, me parece bastate extraño que el campamento que vi ayer haya desaparecido por completo, supongo que deben estar intentando tomar el control del capitolio, despues de desechar mis pateticos intentos de arco consigo uno aceptable, me paso todo el día disparando a todo animal que pasa por mi camino, cuando me doy cuenta está anocheciendo asi que corro a la casa con algunos de los animales que cacé, los voy a necesitar para que a Finn no le de un infarto, cuando me ve corre hacia mí.

-¿estas bien?-me pregunta

-claro, solo fui a cazar, necesitas tranquilizarte

-no gracias, eso solo trae más problemas-dice ironico

-¿acaso nunca dejaras de preocuparte por las cosas mas insignificantes?

-no-contesta y me da un besito

-vale,vale. callate y ayudame a cocinar los animales

-esta bien.

Nos ponemos a cocinar y luego llamamos a todos para la cena, lo primero que hace papà es preguntandome que he estado haciendo, le digo lo mismo que a Finn, solo que a papá no le basta, me hago la ofendida y me quejo de que no me deja hacer nada desde que sucedió lo de "la tabla" pero mama me conoce tan bien que sabe que oculto algo, decido evadirla hasta que me lleven a esos juegos "algodiferentes", así que me paso los meses que faltan para ese momento en el bosque entrenando, no voy a rendirme sin luchar, hasta que un mes antes de el aniversario de la cosecha aparece el sello del capitolio en todas las televisiones de Panem
despues del sello aparece el hijo de snow y empieza un laaaargo discurso sobre lo maravilloso que era el capitolio y bla bla bla.

-¿que hace hades snow ahi?

-¿hades, como el dios griego del inframundo?

-si

-ah-susurro y miro pegada la pantalla, hades ya termino con su aburido discurso y empieza  hablar de cosas mas importantes.

-queridos ciudadanos-dice- como ya deberan haber adivinado he tomado el control del capitolio, no se molesten en intentar derrocarme, no lo lograran, algo que deben de estarse preguntando es lo que voy a hacer ahora, pues muy simple hare que una gran tradicion vuelva, los juegos del hambre, esta vez nos preocupamos de crear una arena de la que les sea imposible sacar a los tributos, y ahora sinsajo puedes sentirte aliviada, yo no escogere a los tributos, sera como antes, sin controlar las elecciones,-veo una sonrisa malvada en su rostro- pero cuidate, porque nadie, repito nadie esta a salvo del nuevo presidente de panem, hoy comienza mi venganza.

se apaga la television, mi madre y annie se ponen a llorar, gale y debrah empiezan a gritar de enojo, papa esta paralizado y Finn me gira y me abraza.

-no creo que vayas, pero si eso pasa yo te protegere-me dice con toda la ternura del mundo, "no lo creo" susurro para mis adentros, la verdad ya no puedo mas asi que me voy corriendo a mi cuarto, cierro la puerta y me deslizo hasta el piso. ¿que hago? ¿le digo o no a Finn lo que pasa?, no quiero guardarle secretos, pero temo que haga una locura, alguien intenta abrir mi puerta pero no consigue moverme.

-¿rue puedo entrar?-dice Finn

-claro-susurro levantandome y retrocediendo un poco, el entra y me da un abrazo

-todo va a estar bien bonita lo juro, aunque creo que seria mejor entrenar un poco-sonrio, eso mismo pense yo hace unos meses.

-tienes razon, empezamos mañana al amanecer ¿vale?

-vale pero ahora ven aqui-dice acercandome y luego une sus labios con los mios, entrelazo mis dedos en su cabello, el me toca la mejilla con una mano y la otra la lleva a mi espalda y me apega a el, nos separamos para respirar y yo le sonrio.

-te quiero-susurro

-y tu eres lo mas importante para mi, ven sera mejor ir abajo,nuestras madres no estaban muy bien cuando vine a buscarte, aunque pense que estarias llorando.

-yo nunca hago lo que la gente espera, pero tienes razon deberiamos ir a verlas.

bajamos de la mano y mama papa y gale me abrazan, mientras que annie abraza a finn, debrah esta al telefono soltando blasfemias como loca.

-hija-susurra papa- hades dio otro anuncio, mañana tu madre y yo debemos volver al 12, pero no se les tiene permitido ni a ti ni a tu hermano acompañarnos, cuidalo ¿vale?

-papa sabes que si fuera necesario daria mi vida por el, al igual que por este tonto-digo dandole un golpecito flojo en el hombro a finn, aunque la verdad eso va a pasar.

-esta bien, mejor ve a dormir...si puedes, no creo que podamos verlos mañana asi que una cosa mas, se fuerte-dice dandome un abrazo luego mama hace lo mismo

-lo sere,se los prometo

eso es todo, finn me acompaña a mi cuarto, me da un beso en la frente e intenta irse pero lo cojo de la muñeca, no quiero que se vaya, quiero pasar todo el tiempo que pueda con el.

-quedate conmigo, total yo no podre dormir, y creo que tu tampoco-susurro

-tienes razon-dice y nos sentamos en la cama, despues de unrato abrazados apoyo la cabeza en su regazo y el me acaricia el pelo, no nos damos cuenta cuando ya esta amaneciendo, el se va a su cuarto a ponerse ropa comoda y yo hago lo mismo, luego escribo una nota diciendo que iremos a entrenar un poco por si el nombre de alguno sale elegido, porque aunque el nombre de finn no deberia salir en la urna desde este año seran elegibles los chicos y chicas desde 10 a 20 años, lo que me hace temer que hades no tenga la intencion de cumplir su promesa, vamos a la armeria, compramos arcos, cuchillos, espadas, hachas y tridentes, tal vez a finn se le den bien lo ultimos como a su padre y creo que mi mejor opcion sera el arco aunque no sea muy buena, empezamos trotando por la arena de la playa y luego vamos a la mescla de bosque y jungla de fuera del distrito, entonces nos damos cuenta de que lo que creia es al reves Finn es excelente con el arco y las flechas y en cambio yo mato todo animal a mi alcance con el tridente.
-creo que nos equivocamos de familia-digo sonriéndole

-tal vez, sigamos entrenando.

seguimos mejorando en todo lo que podemos, le enseño a fabricar arcos y el me enseña todo lo que sabe sobre criaturas marinas yabque no sabemos lo que encontraremos en la arena, ya entrada la tarde nos empieza a rugir el estomago, fin toma un hacha y va a cortar algunas ramas para una fogata, al volve1r se quita la camis, apoya una rama en el piso para partirla en dos y entonces da el primer golpe, yo lo observo cortar todas las ramas, cuando termina levanta el rostro y me sonrie, yo me acerco a el, apoyo mis manos en su pecho y me pongo de puntillas para besarlo, el me sujeta la cabeza y me apoya contra un arbol, o mejor dicho eso intenta porque soy tan torpe que me tropiezo y caemos al piso, enseguida empezamos a reir, Finn me ayuda a levantarme.
-¿y cual de todos los animales que cazamos quieres comer?-me dice con una deslumbrante sonrisa
-cualquiera de los que no haya cazado yo

-podrias dejar de subestimarte-dice poniendo los ojos en blanco.

-no me subestimo, se que soy buena buena cazadora, lo que pasa es que mi arma no deja las presas con el mejor aspecto que digamos
-esta bien.

sonrio y el hace que me siente en una roca, refunfuño tiene que dejar de consentirme, al verme se parte de risa, pongo una sonrisita maliciosa y arrojo un cuchillo que cae a un milimetro de sus pies, Finn pega un salto pero enseguida se pone a hacer la fogata y luego cocina los animales, nos ponemos a comer y al terminar volvemos a la casa. entramos, annie nos abraza a cada uno, prepara la cena, todos nos vamos a la cama, las 4 semanas siguientes son iguales hasta que el terrible dia de la cosecha me despierto y encuentro unos hermosos lirios con una notita, la abro y leo:

bonita:
se que hemos estado muy ocupados entrenando y que tal vez no te agrade esta pequeña sorpresa pero nunca podria olvidarme de tu cumpleaños y he decidido dejarte este pequeño regalo, tambien junto al ramo hay un collar de caracolas que te hice hace un par de dias, lamento que tu cumpleaños sea el mismo dia de la cosecha y no poder celebrarlo, pero se que no saldras elegida asi que durante la cena te tratare como reina, porque eso eres para mi

te quiere

Finn

los ojos se me llenan de lagrimas, no puedo creer que se haya acordado de mi cumpleaños con todo lo que ha esrado suceduiendo, es el mejor chico del mundo, pongo los lirios en un florero y me pongo el collar, luego abro la puerta para salir pero no puedo ir a buscar a mi querido Finn, aunque me encuentro con una grata sorpresa, sin el color verde que mama dice que tenia esta esperandome la persona que mas me agrada del equipo de preparacion de mama, Octavia
observo el color castaño de mi cabello por ultima vez,  a Octavia le dieron ordenes de usar un producto para acelerar la decoloracion de mi cabello, me explico, desde que tengo memoria mi cabello se ha estado aclarando, asi que Octavia usara un producto que me dejara el cabello tan rubio como el de papa o el de mi hermano, creo que Hades quiere que me paresca ala tia prim lo mas posible. Octavia usa el producto del que no recuerdo el nombre, me recoge el cabello con una cinta rosa, luego me entrega un vestido negro excepto por la cintura, que es del mismo color de mi cinta y por ultimo me ayuda a ponerme unos zapatotitos bajos de color negro, este conjunto lo use para el funeral de Buttercup, puede ser extraño hacerle un funeral a un gato pero yo insisti, y al fin me deja ir a buscar a mi amado Finn, salgo corriendo de mi habitacion y lo busco por toda la casa, lo encuentro en el patio, el me sonrie y me abraza.

-estas preciosa-susurra-, creo que te gusta el collar que te hice

-claro, si lo hiciste tú.

cuando termino esa frase se escucha en todo el distrito la llamada para la cosecha, Finn me apega aun mas a él y luego me da un besito, yo voy por mi hermano que, aunque intente ocultarlo, esta muerto de miedo.

-tranquilo, no voy a dejar que nada te pase-le susurro

-lo mismo le dijo mama a la tia prim y sabes lo que paso.

-pero yo no soy mama, ademas eso fue culpa de Coin.

-cierto

le doy unas palmaditas en el hombro y nos vamos a la plaza, de paso Finn me toma de la mano, aunque pronto fichamos y tenemos que separarnos, por ultimo llega un hombre del capitolio y se dispone a sacar la papeleta que deberia tener mi nombre pero se para y se acerca al micrófono ¿que demonios esta haciendo?

-lo olvidaba por completo- dice con ese horrible acento-, pero alguien aqui hizo un pequeño trato con Hades para proteger a dos personas, asi que Rue espero que subas.

cierro lo puños con fuerza y me dirijo al escenario, observo a Finn y a Gale, mi hermano me observa con una mezcla de sorpresa y confusion, en cambio en el rostro de Finn solo veo dolor, me dan ganas de bajar corriendo y abrazarlos pero estoy tan enojada con ese maldito hombre que se me ocurre algo mejor, espero a que pase frente a mi y le doy un empujon tirandolo del escenario, unos agentes de la paz vienen hacia mí pero le pego un puñetazo al que viene primero y el otro retrocede asustado, patetico. El hombre del capitolio ya volvio a subir al escenario, me fulmina con la mirada y continua con el espectaculo, escoge la papeleta y yo no presto mucha atencion, me recuerdo que los snow cumplen sus promesas, solo me percato del primer nombre del chico, Surge, es un crio de a lo mas 13 años, tiene el pelo oscuro y ojos verdes, el pobrecito me da pena, nos llevan al edificio de justicia y me siento a esperar a que lleguen mi hermano y Finn, pero me equivoco, en vez de entrar Finn y Gale a este ultimo lo acompaña Debrah, mi amiga me comenta que quieren darme tiempo a solas con Finn asique se despiden rapidamente y salen, entonces me voy a la ventana, gale y debrah ya llegaron a la plaza pero enseguida me percato de que el mar se esta recogiendo, abro la puerta a toda prisa y tiro de un agente a la ventana, el aprieta un boton y se escucha por todo el distrito la alerta de tsunami, en unos segundos todo queda desierto, todos estan en las montañas salvo yo, tengo un mal presentimiento asi que marco el numero de annie quien me dice que solo falta que lleguemos a la montaña Finn y yo.

Empiezo a correr por el edificio, pronto la ola llegara aqui y no dejare que le suceda nada a él.

-¡Finn!-grito, que no le pase nada por favor-¡Finn!

sigo corriendo y bajo por una escalera que tiene todas las paredes de cristal, el mar se acerca, veo a Finn pegado a la pared creo que tambien me estaba buscando, abro la boca para gritar su nombre cuando el mar entra rompiendo la primera pared, él logra verme y ahora nada hacia mi, me cubre con su cuerpo y el mar nos arrastra rompiendo el segundo ventanal, en algun momento me separo de él, nado hasta la superficie y empiezo a gritar su nombre. despues de un rato sin que me responda subo a un arbol firme, tal vez pueda encontrarlo. no lo veo y empiezo a desesperarme, me siento en una rama y empiezo a llorar, no podria soportar la idea de perderlo, cada vez mi llanto es mas fuerte.
-¡Rue!-me levanto de un salto al escuchar mi nombre
Observo hacia todos lados desconcertada, ¿me lo habré imaginado? No, estoy segura de que era él pero... ¿donde está? decido subir un poco más para poder verlo

-¡Rue!-vuelvo a escuchar mi nombre, es él estoy segura, subo unos dos metros más y sigo mirando, estoy desesperada, veo algo que se acerca a mi arbol ¡es él! gracias al cielo, me tiro al agua y nado hacia Finn, lo ayudo a subir al arbol y lo apoyo en el tronco

-¿estas bien?-susurro apartandole unos mechones de pelo húmedo

-eso creo ¿y tu?

-no es verdad-le digo al percatarme de  lo palido que está, él me sujeta el rostro para que lo mire a los ojos.

-Rue, estoy bien.

lo doy un besito y miro a nuestro alrededor, todavia esta avanzando el mar pero nuestro arbol es lo suficientemente firme para no ser arrastrado, unos metros mas arriba hay unas manzanas, subo hasta allá y saco algunas, bajo hasta donde esta Finn con la frente apoyada en el tronco, me fijo en que tiene la camisa manchada de sangre, le entrego una manzana y le quito la camisa para revisar sus heridas, ni que estuvieramos en la arena, tiene pequeños cortes en toda la espalda que no dejan de sangrar, no tengo nada para curarlo, su camisa esta inservible para una venda y si rompo mi vestido no seria suficiente, miro hacia abajo, creo que podemos caminar sin que el agua nos tire.

-¿Finn?-susurro, no quiero molestarlo

-¿que pasa bonita?

-deberiamos bajar, no creo que el agua pueda tirarnos y asi podran curarte las heridas.

-no seas exagerada, ya te dije que estoy bien.

-no, nos es verdad

-pero...

-bajamos y punto-digo tocandole la mejilla y ayudandolo a bajar, cuando llegamos al piso caminamos hasta la selva, mientras que yo observo horrorizada como ha quedado el distrito, y luego subimos la montaña, cuando llegamos con el resto del distrito Annie viene directo a nosotros llorando, la siguen Gale y Debrah, unos medicos se acercan para ayudar a Finn pero yo no confio en casi nadie asi que les pido vendas, algodon y alcohol y me dispongo a curarlo, cuando le limpio las heridas se le escapa una mueca, le acaricio el rostro para calmarlo, luego lo vendo y lo apoyo en un colchon que fueron a buscar algunos vecinos, poco tiempo despues llega un aerodeslizador para llevarnos a los tributos, a Annie, que será nuestra mentora, y a Octavia, que sera parte de mi equipo de preparacion, al Capitolio, le doy una abrazo a Gale y a Debrah y un beso a Finn, subimos al aerodeslizador y veo por una ventana como unas personas deben sujetar a Finn para que no haga ninguna locura, se me escapan un par de lagrimas, me las limpio y me quedo en un sillon pensando en como se sentira Finn cuando le entreguen mi cuerpo en una caja, en unos minutos me quedo dormida.
Alguien me sacude el hombro y me despierto exaltada, me encuentro con el rostro de Annie y me calmo.
-¿que debemos hacer ahora?-le pregunto adormilada.

-ahora los llevaran con sus estilistas, que los prepararan para el desfile

-¿tienes alguna idea de quienes seran nuestros estilistas?

-no, lo siento-recien me doy cuenta de la expresion apendada de Annie

-¿que sucede?

-nada, no quiero añadirte mas preocupaciones

-Annie

-¡nada! ahora ve a desayunar que tienes largo dia por delante.

refunfuño y voy a la mesa, cojo una magdalena y un vaso de zumo de naranja y empiezo a comer,se que deberia intentar ganar peso pero en estos momentos no tengo ganas de nada, cuando termino bajo del aerodeslizador y Octavia me acompaña al centro de renovacion, en seguida nos reciben dos personas que no ubico y nos llevan con mi estilista, al verlo Octavia se pone a llorar, pero yo no entiendo nada
es imposible, estoy viendo a Cinna, con su ropa sencilla y su delineador de ojos dorado, pero él estaba muerto, lo mataron durante la guerra mientras lo interrogaban, o eso le dijeron a los rebeldes, observo perpleja como ayuda a Octavia a levantarse y le limpia las lagrimas, luego se dirige a mí.
-hola Rue, por tu rostro veo que no esperabas que yo viviera pero dejame presentarme personalmente, soy Cinna.
-Rue-digo estrechando su mano-, pero no entiendo ¿como estas vivo?
-la verdad ni yo lo sé-me responde con una sonrisita.
-vale vale-dice Octavia, dando saltitos-pongamonos a trabajar.
Octavia y las personas que nos acompañaron me llevan a una habitacion repleta de lo que yo creo seran productos de belleza y empiezan a trabajar conmigo, yo siempre me he preocupado por mi aspecto personal asi que basicamente me desenredan el pelo, me maquillan y me arreglan las uñas, luego me entregan una bata y me dejan volver con Cinna.
-supongo que debes tener un millon de preguntas-me dice
-la verdad es que sí, la mayoria son sobre como es que no te encontraron en 20 años.
-pues creo que me tenian bien oculto-contesta con una risita
-¿y que sucedio durante la guerra? no me imagino como les hicieron creer a todos que habias muerto.
-pues me llevaron a la carcel y cuando cayó el Capitolio los pocos seguidores de Snow que quedaban me llevaron a un lugar bastante oculto del Capitolio, a porposito siento lo de tu tía.
-bueno mamá ya lo ha superado, casi totalmente.
-¿y como están ella y Peeta?
-bien supongo, algo tristes por lo de los juegos.
-tienes sentido ¿y ya te explicaron cual va a ser la diferencia con los de antes?
-no.
-bueno, antes de tener que luchar contra los otros tributos tendran que ir a tratar de sobrevivir a unas mutaciones y cuando queden solo ocho los llevaran heridos o no a luchar contra los otros tributos.

-es horrible, se nota que el Capitolio volvio peor que antes.

-¿ya viste las cosechas?

-no, lo olvide por completo ¿es muy malo?

-la mayoria de los tributos nos supera los 14, pero no es nada comparado con lo que sucedio en la cosecha del 13.

-Cinna basta de rodeos ¿que sucedio?

-deberias verlo por ti misma-dice y enciende la television con un mando a distancia, empieza la cosecha del 1, 15 y 10, luego la del 2 ambos de veinte y voluntarios, se nota que se siguieron entrenando por si acaso, la del tres no me llama la atencion, luego me escogen, tiro del escenario al hombre de las papeletas y escogen al pequeño Surgem la del 5 no me llama mucho la atencion, la del 6 la del 7, el chico da algo de miedo, 8, 9,10, 11 un grandote y una niña de 12 ¡ES ENSERIO! niña de 12 y un grandote de donde me sonara... ¡DE LOS JUEGOS DE MI MADRE! que ironia, la del 12, Effie escoge a una chica de 11 y Jared, mas que preocuparme de que vaya la arena me preocupa seguir escuchando sus comentarios del Capitolio.
-no me culpen si queda un tributo menos antes de que termine el entrenamiento-mascullo

luego viene la del 13 aparece una mujer como de 30 años vestida entera de naranjo (no como el que nos gusta a mi y a papá sino uno que hace que duelan los ojos) y escoge a Boggs y Pervinca, A BOGGS Y PERVINCA, me va a dar algo, en eso enfocan a Delly que está completamente histerica y trata de llevarse a sus hijos, unos agentes de la paz la sujetan y otro le pega un tiro en la cabeza, esto ya fue demasiado, me quedo muda y no soy capaz de hacer nada.

-¿estas bien?-me pregunta Cinna, yo solo me hecho a llorar, no puedo más ¿que diablos voy a hacer? no puedo dejar que esto siga así, Cinna me da palmaditas en la espalda para tranquilizarme, despues de un rato me siento algo mejor, mi estilista me entrega un vaso de agua.

-y bien ¿que llevaremos para el desfile-le pregunto cuando ya estoy mas calmada.

-bueno, no pense que tendrias muchas ganas de que el publico pueda observarte asi que vas a llevar un traje que te dejará irreconocible.

-gracias.
Cinna me sienta en una silla y se pone a arreglarme el maquillaje, me borra los rasgos y los sustituye por ojos mortiferos, profundos e imponentes, labios azul marino, pestañas largas y rostro palido, yo misma me asusto al ver su trabajo terminado, luego me ayuda con la ropa interior y me entrega una tunica con capucha que me deja apenas al descubierto el rostro y unas mangas que sobrepasan mis manos, me entrega unas sandalias negras, que por cierto no se ven ya que la tunica me cubre los pies, y por ultimo mi estilista baja la luz para que imite el crepusculo y pone unas velas para que se vean como las antorchas, descubro que me traje da pequeños destellos y paresco una criatura salida del agua del mar durante el amanecer o el anochecer.
-¿que te parece?-me pregunta

-es fabuloso, gracias.

-ven deberias conocer a tu otro mentor.

-¿otro mentor? si me dices que el padre de Finn está vivo me va a dar algo.

-lamento decepcionarte, pero el si esta muerto.

-ya me lo esperaba, vamos

Cinna me acompaña hasta una habitacion bastante comoda, ahi me esperan Annie y un chico como de mi edad de cabello castaño, ojos cafes y piel clara, se nota de lejos que es del Capitolio, aunque me parece bastante familiar, de una manera preocupante, estoy a punto de dar media vuelta y marcharme pero decido que debo acostumbrarme a enfrentar lo que me preocupa, Annie se levanta y sale acompañada por Cinna a hablar de no se que cosa sobre el desfile y aprovechan para que conozca a mi nuevo mentor, el me tiende la mano con una sonrisa y yo se la estrecho.

-soy Seth, lamento lo que te sucedio pero estoy aqui para ayudarte-me dice con voz dulce

-¿Seth? es bastante normal para ser del Capitolio

-lo sé, pero mi padre lo escogio por un dios egipcio-dice con una mueca al pronunciar "padre" yo hago como si no me doy cuenta.

-dejame adivinar ¿el dios Suti?

-si ¿como lo sabes?

-me encanta la mitología.

-a mi igual.

-y bien ¿por que quieres ayudarnos a la gente de los distritos?

-aparte de que me parece injusto lo que sucede, por que me siento culpable.

-¿culpable de que?

- no quieres saber, me odiarias.

-nunca hago lo que la gente espera.

-no te voy a decir.

-vale-digo haciendo un puchero, no me funciona-, pasando a otra cosa ¿que me aconsejas para el desfile?

-muestrate indiferente, creeran que les guardas rencor y eso te hara ganar patrocinadores.

-si les guardo rencor.

-mejor aun.

seguimos conversando sobre otras cosas y me doy cuenta de que este chico es bastante agradable, y consigo sacarle bastante informacion sobre su odio al Capitolio, aparte de eso descubrí que le encanta cabalgar, la naturaleza y tallar diseños en madera, yo por mi parte le conté que me encanta la música, leer y pasar tiempo en el bosque, tambien nos reimos bastante de la ropa extravagante que usan la mayoria de los Capitolinos, seguimos conversando hasta que llega Annie y me lleva hasta el carro del desfile, me encuentro con los ojos de Jared pero enseguida aparto la mirada, sigo furiosa, y trato de buscar a Boggs y Pervinca, los dos estan abrazados y se nota que muertos de miedo, camino hacia ellos que me abrazan, yo intento calmarlos.

-ustedes van a estar bien, yo me encargaré de eso-les susurro

-pero solo puede ganar uno de nosotros tres-me dice Boggs-y prefiero que gane una de ustedes dos.

-entonces decidido, Pervinca tu vas a ganar.

-pero que pasó con mamá-me pregunta ella yo me muerdo el labio.

-tranquila Vi, mamá esta bien-se me adelanta Boggs

-bueno, los vere pronto-digo y le doy un beso en la frente a cada uno.

vuelvo a mi carro y en el camino me topo con Jared, me aparto e intento seguir caminando pero el me sujeta el brazo.

-Rue, espera.

-no estoy de humor Jared asi que sueltame-le digo enojada y por fin puedo llegar a mi carro.

-algo me dice que no te cae muy bien el del 12-dice una voz detras de mi, me giro y veo a Seth

-tienes razon, ya lo dije cuando veia las cosechas; si falta un tributo antes de que terminen los entrenamientos no me culpen.-Seth suelta una risita.

-mejor espera a llegar a la arena, ahora sube a tu carro-dice ofreciendome una mano, la tomo y el me ayuda a subir, entonces se empieza a mover el carro
La gente del Capitolio se vuelve loca, gritan los nombres de los tributos mas fuertes, de los famosos como Jared, Boggs, Pervinca y yo misma, y le dan aplausos de animo a los mas pequeños, todo para ver morir a 25, de nosotros en unas cuantas semanas, si antes los soportaba apenas, ahora los odio de verdad, no me molestaria volver para cortar algunos cuellos, observo la pantalla y descubro que he esbozado una sonrisa maliciosa, veo de reojo a mis padres en el lugar destinado a los mentores, mamá no deja de llorar mientra que papá me mira serio, aun noto una chispa de esperanza en sus ojos, ya debería hacerse con la idea de que no volveré, ni siquiera sé porque hacen esta estupidez, no llevamos mucho camino así que decido saltar del carro, caigo con las rodillas flectadas y empiezo a correr de vuelta al centro de renovacion estoy llegando a los establos cuando alguien me sujeta, Seth.

-¿que haces? solo te estas complicando la vida en la arena.

-pues voy a morir de todas formas así que no veo por que me afectaría-eso le cierra la boca por un segundo pero luego me toma la muñeca y caminamos hacia el centro de entrenamiento por un callejon vacio.

-pues podrían hacerte sufrir mucho antes de morir, aunque opino que es una locura lo quepiensas, tú puedes vencer a los vigilantes.

-escucha NO VOY A VOLVER, si logro vencer a los vigilantes haré que vuelva Pervinca.

-y que hay del hijo de Finnick Odair ¿lo vas a dejar solo?

-Finn es fuerte, podrá aguantarlo

-¿y vas a dejar que el Capitolio te venza?

-no lo hará, tengo un plan

-si, claro-dice ironico-no conseguir ningun patrocinador y ser la primera en morir, definitivamente el Capitolio no te va a vencer

-¿y a ti qué? debería alegrarte que por fin tu maldito Capitolio este aplastando a mi familia, disfruta del momento que no va a durar

-¿crees que disfruto esto? ¡es lo peor que ha pasado, que vuelvan a hacerse estos malditos juegos solo para que niños mueran! ¿a quien demonios podria gustarle esto esto?-ya estamos en el piso 12 y él está empezando a gritar

-¡pues a ustedes, van a tener su entretenimiento mientras que los distritos vuelven a morir de hambre, pero como dije antes va a durar poco, con suerte unos cuatro años!

-¿y vas a dejar que los distritos esperen cuatro años sin siquiera mover un dedo? ¡prometiste ir a los juegos no que los ibas a perder, si te concentraras en ganar el capitolio volvería a a caer en cosa de 4 MESES no años!

-¿crees que no he hecho lo posible? ¡entrené desde que prometí venir a este podrido lugar, pero no servirá de nada, los vigilantes puedes mandarme un muto en cualquier momento y hasta ahí llegué, lo mejor sería suicidarme en cuanto pise la arena!

-escucha hay mucha gente de tu parte-dice bajando la voz y sujetandome los hombros-, solo trata de que se fijen poco en tí y con unos cuantos patrocinadores estarás de vuelta con tu familia y todo habra terminado como mucho en un año, estoy seguro de que no te tomaría mucho tiempo volver a derrocar al Capitolio.

-vale lo intentaré ¿contento?-digo rindiendome, si sigo discutiendo me tendrá hasta la coronilla en una hora

-bastante. a proposito bien hecho, dejaste a todo el capitolio con los ojos como platos, solo no lo vuelvas a hacer

-vale-digo sonriendo

-¡cuanta falta de educacion, como se te ocurre dejar al publico así!-lo que me faltaba, el idiota del capitolio, poco después entran Surge y Annie, lo que evita que alguien salga herido con un tenedor.

-relajate un poco-le dice Seth, luego se dirije a Surge y a mí-ustedes a cambiarse para cenar, porque sinceramente no parecen humanos, sin ofender, es un gran traje pero me asusta.

-vale-respondo y voy a mi habitacion, me doy una ducha rapida, me pongo unos vaqueros azules y un jersey gris con capucha, dejo mi pelo suelto y vuelvo con mis mentores y mi acompañante, Surge aun no ha llegado, en su lugar me encuentro una agradable sorpresa, no puedo aguantar las lagrimas y me lanzo a los brazos de papá.

-tranquila pequeñita, no llores, todo va a estar bien.

-te quiero papá, lamento lo que hice-ambos nos entendemos casi sin palabras, por eso se da cuenta enseguida de que hablo sobre haber venido.

-no eres la única que hace tontería como esas

-es verdad, tus has hecho iguales y peores por mamá-digo riendo

-peores no, yo no era tan tonto

-¿y cuando te uniste a los profesionales, cuando pedias que te mataran en la rebelion, cuando...

-ya basta, tienes razon era bastante tonto, te veré pronto pequeña ¿vale?

-eso intentaré.

papá me da un beso en la frente y luego debe se va, aun no me creo que le hayan prometido venir a verme, me fijo en mis mentores, Annie tiene la misma cara de sorpresa que debo tener yo, en cambio Seth me mira con una sonrisa

-¿tuviste algo que ver?-le pregunto

-si, te trate bastante  mal así que quise compensarlo

-gracias
en ese momento llega Surge y nos ponemos a cenar.
despues de cenar voy a mi cuarto, me pongo un camison verde y me duermo, aunque me despierto unas horas mas tarde por una pesadilla, no recuerdo mucho de ella solo la angustia que me oprimia el pecho, decido salir de mi habitacion y empiezo a vagar por el piso, unas gritos me llevan hasta el comedor y me pego a la pared para escuchar

-¡no me importa que su madre haya derrocado al estupido de Coriolanus, ella no tiene la culpa-escucho gritar a Seth, alguien le responde aunque no descubro que le dice.

-¡y que si era mi abuelo, lo odio tanto como a ustedes y me avergûenzo de ser parte de la familia!-
¡Seth es un Snow! no me lo puedo creer, retrocedo y tiro una fea jarra con flores, a proposito ¿que tiene mi familia con las jarras? me quedo paralizada sin saber si volver a mi cuarto o ir con Seth, él llega junto a mi, supongo que al escuchar la jarra romperse.
-¿lo escuchaste todo verdad?-me pregunta con una sonrisa

-si, lo lamento

-no debes, la verdad tendría que habertelo dicho desde un principio

-no tenías porque, es tu vida

-vale, ¿no podias dormir?

-no, una pesadilla, aunque no recuerdo nada

-trata de dormir un poco mas ¿vale? mañana tienes los entrenamientos y será un día muy duro.

-aun no sé porque te preocupas tanto por mí

-mejor así, ahora ve a tu cuarto-dice dandome un pequeño empujoncito

-vale, ya voy

vuelvo a mi cuarto y tardo unos minutos en dormirme de nuevo, al día siguiente me despierto al amanecer,
 me doy una ducha y me hago un par de trenzas, veo la ropa que me dejaron para el entrenamiento, la dejo de lado y me pongo la ropa de anoche, dije que participaria en los juegos no que seguiria las reglas, salgo de mi cuarto y me voy al comedor, el único que se encuentra ahí es Seth, me sonríe y me señala un asiento junto a él.

-¿dormiste bien?

-despues de la pesadilla bastante, si

-bueno come algo, despues te daré algunos consejos, aunque no creo que los necesites, salvo por uno; no intentes matar a los vigilantes

-no prometo nada-mascullo y el se ríe, luego escojo una magdalena y la empiezo a mordisquear, Seth sigue sonríendome mientras termino, me siento un tanto incomoda asi que decido intentar empezar una conversacion.

-¿algo mas?

-¿que?

-que si tienes otro consejo, que si pueda seguir.

-debiste darte cuenta de que todavía hay profesionales

-si

-bueno pues lo primero que harán en los entrenamientos será tratar de aliarse contigo, con el del 12, y tal vez con el del 11 y el 8

-pero tal vez ninguno de nosotros salga vivo de la primera etapa

-será un precaucion, mi consejo es que no los tomes en cuenta y mucho menos confíes en ellos, el 2 siempre ha sido uno de los distritos mas feroces

-¿como sabes tanto si tienes como mi edad?

-tener 17 no impide que haya visto los videos de los juegos

-cierto, ¿eso es todo?

-por ahora sí, deberías ir desde ya a entrenar

-vale, gracias por tu ayuda-digo levantandome y caminando hacia el ascensor, espero a que llegue y cuando se abren las puertas me topo con Jared, estoy a punto de irme pero me sujeta del brazo y me mete dentro

-¿¡que quieres!?-le digo molesta

-Rue lo lamento, lamento todo lo que te he dicho sobre el capitolio, y sé que debes odiarme pero por favor perdóname

-lo siento Jared pero no puedo, y prefiero alejarme de ti

-no lo hagas te lo suplico

-¿para que? no serviria de nada volver con nuestra amistad uno va a salir de la arena y te aseguro que no seremos ni tu ni yo, asi que no le veo el motivo, será mas facil apenas vernos, así sera menos doloroso cuando uno vea la cara del otro en el cielo

-pero...-no puede terminar ya que se abren las puertas del ascensor y yo salgo disparada al primer puesto que veo, nudos, pan comido, me pongo a hacer un monton hasta que me aburro, luego entra una mujer, la reconozco por lo que mamá me ha dicho de ella, es Atala, empieza con un discurso muy largo con las normas que son basicamente no matarnos antes de la arena, luego nos aconseja prestar especial atencion a la supervivencia, cuando termina busco a Boggs y Pervinca, ambos me abrazan y yo los llevo al puesto de plantas e insectos comestibles, lo mejor es enseñarles algo, han pasado la mayor parte de su vida en el 13 y no les vendrá mal algo de ayuda, aprovecho de aprender algo más yo misma.

-creo que ya estamos bien-me dice Boggs cuando ya hemos pasado un buen rato en el puesto.
-esta bien ¿donde les gustaria ir ahora?

-tú vas a practicar con las armas que se te dan de maravilla y nosotros trataremos de aprender algo de la naturaleza

-si quieren, estaré en el puesto de tridente

camino hacia el puesto y quedo maravillada el enorme grupo de tridentes que tienen, de plata, de metal, de oro, de bronce, de todos los materiales imaginables, escojo uno de color dorado y bastante liviano y empiezo a practicar con los objetivos fijos, ataco de cerca, lo lanzo, hago todo lo que se me ocurre hasta que se me acerca el entrenador y me venda los ojos, luego noto como pone algunos objetivos en movimiento, me dejo guiar por mi oído y lanzo un tridente tras otro, cuando ya no encuentro más que quito la venda y observo que le he dado a todos los objetivos, todos siluetas humanas, hay tridentes clavados donde deberian ir el corazon, el cerebro, los pulmones, basicamente todos han dado en lugares en que no tardaría mucho en morir una persona, me doy vuelta para ir a buscar a Boggs y a Vi pero me topo con los del 2.

-¿que quieren?

-pues hablar contigo torpe-me dice el chico con aire de arrogancia

-pues se quedaran con las ganas porque yo me voy.

-no tan rápido-dice la chica mientras me apunta con una lanza, yo no me inmuto

-hey ya basta-les dice Jared mientras me aparta-mejor esperen a la arena

-tu no te metas y alejate de mi-le digo dandole un empujon, los tributos del 2 se parten de risa.

-entonces vas a venir con nosotros-dice la chica mientras tira de mi, sin darme cuenta me he abalanzado sobre ella, un entrenador debe separarnos y me lleva al elevador mientras le grito cosas realmente insultantes a la chica, el entrenador presiona el numero 4 y se cierran las puertas antes de que pueda seguirlo de vuelta al gimnasio, en cuanto llego a mi piso salgo corriendo a mi cuarto y me tiro en la cama a llorar, alguien aporrea mi puerta y termina entrando Seth, al verme se acerca y me acaricia el pelo para calmarme

-¿que sucedió?-me pregunta con voz dulce

-yo... me abalancé a la chica del dos

-¿que?

le explico lo sucedido desde que llegue al gimnasio hasta que me llevaron en volandas al ascensor, él no me interrumpe en ningun momento y cuando termino vuelvo a llorar y él me abraza

-tranquila ¿vale? no podemos cambiar lo que pasó, pero arriba el animo que yo me encargaré de solucionarlo

-gracias-susurro con voz trémula

-ahora limpiate esas lagrimas y ven a almorzar, solo estaremos nosotros dos ya que Annie está con tus padres y los otros tributos van a comer en el gimnasio, espero que no te importe

-para nada

-bien, te dejo en paz un momento y te espero en el comedor

-vale

voy al baño y me lavo la cara, luego me quito la ropa que usé en la mañana y me pongo un vestido de color verde esmeralda, me pongo unas sandalias negras y me dejo el cabello suelto, luego voy al comedor donde me espera Seth con una sonrisa, me siento junto a él y como en silencio una sopa completamente rosa, mi mentor intenta subirme varias veces el ánimo pero no lo logra.

-ya basta de tristeza ¿entendido? ahora ven aquí que te llevaré a una parte

-pero..

-tranquila ¿o acaso me temes?

-claro que no te temo, pero se supone que los tributos no podemos salir

-ya has roto unas cuantas reglas ¿que importa una más?-me dice con una sonrisa

-supongo que no importa mucho...

-vale, aunque deberias ponerte algo mas comodo, ese vestido no te servira de mucho

-¿vale?-digo poco convencida, él me sonríe y yo voy a mi cuarto saco unos vaqueros azules, una sudadera gris y unas botas negras, luego vuelvo con Seth que me tapa los ojos con una venda y me dirige a no se que lugar, lo único que de lo que me entero es que subimos a un coche y andamos bastante tiempo, después él me ayuda a bajar y cuando el sonido del coche se pierde en la distancia me quita la venda.
ante mis ojos hay un hermoso valle, repleto de vegetacion, al centro hay un lago de agua azul como el cielo y a lo lejos observo unas grandes montañas, es un paisaje perfecto, me giro y me encuentro con Seth que me observa con una sonrisa.

-gracias por traerme-le susurro

-eso no es todo-dice y me extiende una mano, yo se la tomo y me guia a través de los arboles, poco a poco nos acercamos al lago y cuando estamos en la orilla nos topamos con dos hermosos caballos, nos acercamos a ellos y Seth me anima a que suba a uno de ellos.
 -pero no sé montar

-tranquila, es muy facil, ademas este es el mas manso que conozco-dice acariciando a uno con tres patas blancas hasta la mitad y una completamente marron

-¿estas seguro?

-claro, no te va a pasar nada, lo prometo

-vale

él me ayuda a subir y me da unos consejos bastante basicos sobre como montar, luego sube al otro caballo y en un segundo sale galopando, yo me quedo boquiabierta.

-animo, es muy facil-me grita

-esta bien-le respondo sigo sus instrucciones sobre como empezar el galope, en unos minutos ambos vamos galopando por la orilla del río.

-¿ves que era facil?

-tenias razon, lo admito

-sigueme, sería bueno llevarlos a descansar a la sombra

mi amigo cambia la direccion de su caballo y el mio empieza a seguirlo, aunque despues se adelanta y voy a toda velocidad hacia los arboles, me topo con una serpiente y mi caballo se vuelve loco, yo caigo al piso y enseguida me acerco para intentar calmarlo.

-¡alejate, es peligroso!-me grita Seth, hago caso omiso y acaricio a mi caballo hasta que se calma, me quedo maravillada con este animal cuando alguien, que solo puede ser Seth, posa sus manos en mis hombros, yo pego un bote.

-me asustaste

-¿como lo hiciste?

-¿que cosa?

-calmar al caballo, yo no pude hasta los dos años de aprender a cabalgar, y solo podia con el mio

-la verdad no lo sé, instinto tal vez

-yo creo que tienes un don-dice sonriendo

-como no-le respondo en tono ironico

-en serio, creeme es muy dificil controlar un caballo

-pero dijiste que era manso

-eso es verdad, pero cuando se asustan lo mejor es huir

-gracias por el consejo

-si tan solo me escucharas

-una cosa es escucharte y otra muy diferente es tomarte en serio

-¡hey!

-tranquilo que con los consejos de la arena te voy a tomar en serio-al decir estas palabras el ambiente se vuelve tenso

-¿en verdad piensas ir? sabes que ahora mismo podrías irte, de seguro te protegerían

-si saben que he desaparecido iran a por mi hermano y por Finn, no dejaré que les hagan daño

-pero si consiguieras derrocar al capitolio a tiempo...

-Seth, el capitolio torturó a mi padre y sé que eso deja huellas, no permitiré que eso les pase a dos de las personas mas importantes en mi vida

-Rue puedo ayudarte, Plutarch sigue en el capitolio, él podria encargarse de que alguien los llevara con el ejercito, en un par de dias los tres estaran a salvo

-no me arriesgaré

-Rue..

-ya sabes Seth, lo mejor es que dejemos de hablar de esto

-lo siento-dice bajando la vista

-pero gracias... por intentar ayudarme

-aunque no lo creas, tu me importas

-si te creo, tienes un corazon muy bueno, es imposible que alguien no te importe

-eso no es verdad-dice sonriendo

-ya basta de conversar ¿sigamos cabalgando?

-vale

ambos subimos a nuestros caballos y volvemos a galopar, de vez en cuando nuestras miradas se cruzan y él me dedica una sonrisa, no me doy cuenta como pasan las horas hasta que Seth detiene su caballo y va a buscar una cesta, yo tambien me bajo intrigada, él me sonrie y saca de la cesta unas tostadas, una de dos litros llena de zumo de naranja y un par de vasos, nos sirve a cada uno un poco de zumo y me da a escoger unas tostadas, comemos en silencio y luego mi amigo se levanta y le da de comer a los caballos, yo observo el horizonte y descubro una puesta de sol, cierro los ojos y me recuesto y la hierba, poco a poco empiezan a pesarme los parpados y caigo en los brazos del sueño.
Despierto en mi cuarto del centro de entrenamiento, miro el reloj de la pared, son las 9:30 y la luz entra por la ventana, me desperezo me doy un baño y me pongo una sudadera purpura y unos vaqueros grises y salgo al comedor, ahí esta Seth, solo otra vez, me dedica una sonrisa y me siento frente a él.
-¿donde estan Annie y Surge?-le pregunto

-desde ahora debemos entrenarlos por separado, Annie estará con Surge, y él se levanto temprano para ir a entrenar, tú no podrás ir al gimnasio hasta las sesiones privadas, lo siento no pude conseguirte mas ayuda

-ya es bastante, gracias

-pero eso no significa que yo no pueda ayudarte

-¿a que te refieres?

-ya sabes que durante la primera etapa de los juegos cada tributo estará encerrado en un lugar con cualquier tipo de mutos, pues yo te voy a enseñar todo lo que sé

-¿sabes algo de mutos?

-si, cuando era pequeño me daban clases, tengo un libro que podria servirte

-vale

desayuno y mi mentor me acompaña a mi habitacion donde me muestra un pequeño libro y me empieza a hablar de todos los mutos, trato de prestar atencion aunque terminamos arrojandonos bolas de papel (que sacamos de un cuaderno en el que se supone que iba a tomar apuntes) y él me persigue por la habitacion hasta que tira encima de la cama y me hace cosquillas.

-¡ya basta tonto!-le digo riendo, el se para un segundo

-¿te molesta?

-un poco

-pues entonces...-dice con una sonrisita traviesa mientras vuelve a hacerme cosquillas, despues de un rato consigo zafarme y al fin tomamos las "clases" en serio.

El resto de la semana nos la pasamos igual, riendonos y estudiando a los mutos, la verdad me la paso increible y la verdad, por primera vez desde que llegue, me siento feliz. El tercer día durante una leccion Seth  deja de explicarme y me habla con un tono de voz urgente.

-Rue ¿me consideras tu amigo?

-claro, de hecho eres mi mejor amigo

-entonces prometeme que intentaras ganar, te lo suplico

-lo prometo-susurro algo asustada por su tono, observo su rostro y me percato del alivio en su expresion.

-gracias, bueno en donde nos quedamos.

-en los mutos con aroma a rosas que se encontro mi madre en las alcantarillas del antiguo capitolio.

-vale, sigamos.

seguimos con la leccion hasta que él se va a conseguir patrocinadores por lo que me dice, me quedo en mi cuarto hojeando el libro durante unas horas hasta que me aburro y salgo al salon, estoy a punto de entrar cuando escucho una conversacion entre mi mentor y Annie.

-no pude conseguir ningun patrocinador para Rue ¿y tu?

-tampoco, nadie estaba dispuesto

-debi habermelo imaginado, mi padre dio una advertencia a toda la gente del capitolio, si descubren a alguien patrocinandola sera castigado-despues de esta ultima frase escucho como Seth rompe algo, no me imagino que, decido entrar y hacer como si no hubiera escuchado nada, eso solo le agregaria preocupaciones a Annie, al verme ella me sonrie y se va conteniendo a duras penas las lagrimas y me quedo con Seth a solas, otra vez.

-lo escuchaste todo ¿verdad?-me pregunta él

-si

-lo siento

-no te preocupes, ya me lo esperaba

-pues no me voy a rendir, encontrare la forma de ayudarte

-ya has hecho suficiente

-hablemos de otra cosa, mañana son las sesiones privadas y serán distintas a las de juegos anteriores

-¿distintas como?

-esta vez será una prueba, cada uno entrara por separado y los vigilantes les enviaran mutos, luego de eso habra un medico para curar todo lo que esos mutos puedan hacer.

-entiendo

-no intentes atacarlos, lo mejor será que trates de escapar de ellos, solo pueden hacerte daño

-eso no me conseguira puntos con los vigilantes

-pero te mantendra  a salvo, eso es lo que me interesa

-tengo que arriesgarme

-pero...-no le dejo terminar esa frase porque me encierro en mi cuarto con pestillo, Seth me habla de detras de la puerta e intenta hacerme salir, no le hago caso y recuesto en la cama, agotaba de prometer que intentaré ganar, de darle falsas esperanzas a todos los que me importan, ahora solo quiero dejar esto de lado y rendirme, morir de una vez y que todo acabe. No se como Seth consigue una llave de mi cuarto, entra y se sienta junto a mi en la cama.

-Rue por favor escuchame, yo solo quiero mantenerte a salvo

-¡es que es imposible Seth! tengo que afrontar que moriré, no quiero darle falsas esperanzas a la gente que más me importa, a mi hermano, a Annie, a mis padres, a Finn, a ti, ¡no servira de nada!-me empiezan a correr lagrimas por las mejllas mientras digo esto y Seth me abraza con fuerza

-prometo que volveras con tu familia, haré lo que sea para que eso pase-me susurra con voz dulce, no sé como puedo creerle, aunque la verdad necesito llorar, desahogarme y él lo entiende asi que me da palmaditas en la espalda y me mantiene entre sus brazos hasta que logro calmarme.

-vale, ahora vas a dejar de llorar y quiero aunque sea una pequeña sonrisita ¿entendido?-me dice como a una niña pequeña, lo que me hace sonreir, luego me deja unos minutos sola y vuelve con un trozo de pastel.

-sirve para pasar las penas

-si como no-digo ironica y empiezo a comer, cuando termino él me deja sola y yo me acuesto y me duermo.
me despierto y encuentro a Seth tirado en el piso junto a mi cama, se nota que va en el quinto sueño, lo mas silenciosa posible saco algo de ropa cómoda, me ducho y me cambio en el baño y luego lleno un gran recipiente con agua y voy despacio hacia mi amigo y le vacío el recipiente en la cabeza, al despertarse pega un grito.

-¿que demonios...-empieza a decir y en seguida me ve, le sonrío y salgo corriendo, el me persigue y termino detrás de una silla para que no me moje, nos damos cuenta de lo ridículos que debemos vernos y nos echamos a reír, salgo de detras de la silla cojo una magdalena de la mesa y la empiezo a mordisquear, llegamos al comedor en mi huida, él me sonríe y se va a su habitacion para cambiarse la ropa mojada, vuelve casi enseguida y empezamos a charlar, de un momento a otro cambia nuestra conversacion y empezamos a hablar de las sesiones privadas, él vuelve a intentar convencerme de que huya de los mutos pero no le hago caso.

-esta bien, tu decides, pero voy a tener al medico listo por si acaso-se termina rindiendo al fin, cuando faltan pocos minutos para las sesiones.

-gracias-susurro y le doy un abrazo, típico de mí casi siempre ando repartiendo abrazos a la gente, luego voy al elevador y bajo al gimnasio por ultima vez, en seguida me topo con Boggs y Pervinca que me dan un abrazo, luego siento que me observan y al girarme veo a la chica del 2, creo que su nombre era Psique, tipico nombre de su distrito, decido ignorarla y empiezo a hacerle cosqullas a Vi, me quedo jugando con ella y su hermano hasta que se escucha el primer nombre, entonces la tension se apodera de la sala.

Siguen pasando tributos, cada sesion dura alrededor de quince minutos, o maximo media hora, todos nos quedamos petrificas al escuchar los gritos de cada tributo desde el 1 al tres, entonces pasa Surge, durante su sesion no escucho gritos ni nada.

-no se preocupen-les digo a los hermanos-, los de los otros distritos estaban intentando asustarlos, nada más-ambos me sonrien aunque noto algo de tristeza en el rostro de Boggs

-Rue Mellark-pego un bote al escuchar mi nombre, le doy un beso en la mejilla a cada uno y voy adentro, la sala esta completamente oscura y mis ojos tardan casi un minuto en adaptarse, poco a poco la oscuridad va desapareciendo hasta que la luz imita el ocaso, no muy lejos de mi veo unos tres tridentes y un arco junto a su carcaj, voy hacia alla y tomo las armas, en menos de cinco segundos la sala se llena de mutos, primeros llegan unos charlajos que imitan las voces de todas las personas que me importan, las que mas escucho son las de mis padres, mi hermano, Vi y Boggs, Finn y sorprendentemente la de Seth, bueno no tanto, le tomo mucho cariño a la gente amable, cierro los ojos un par de segundosnos es real, no es real susurro para mis adentros, abro los ojos y descubro a unos mutos con forma de jaguar, con una especie de cara de oso y cola de lagarto, recuerdo aprender de estos con Seth, no debo dejar que me muerda, aunque no es letal podria perder alguna extremidad, el punto debil... ¡ya lo recuerdo! no tienen muy buena vista, ni reflejos, lo mejor es atacarlos por la espalda asi que eso hago, uno de ellos me araña el hombro y contengo un grito, no es muy grave, lo que debe preocuparme es que me muerda, termino con esos mutos y se me acercan unos pajaros que recuerdos haber visto antes, ¡del vasallaje de Haymitch! son solo cinco, lanzo tres tridentes, cada uno da en el cuello de esos pajaros, a ver si disfrutan tanto lo que le hicieron a Maysilee Donner, en seguida cargo una flecha en el arco, da en el corazon enseguida, el ultimo muto, disparo directo al cerebro antes de pueda hacerme daño, las luces se encienden y observo los cadaveres, los charlajos se callan y escucho aplausos de parte de los vigilantes, uno de ellos, creo que el vigilante jefe, me dice que puedo irme, subo por el elevador hasta mi planta y me encuentro con mi mentor, junto a un medico.

-por suerte solo fue esto-dice Seth mientra me examina el brazo

-si, tus lecciones sirvieron bastante

mi mentor sonrie y el medico me cura el brazo, cuando se va le cuento todo lo sucedido desde que me encontre con los otros tributos a Seth, excepto por la parte de los charlajos.

-la tuviste bien difícil

-la verdad no lo fue tanto

-siempre no estas sorprendiendo ¿eh pequeña?-dice mientras me despeina

-ya basta-le digo riendo mientras aparto su mano

me sonríe y volvemos a conversar como en la mañana hasta la hora de la cena y de ver las puntuaciones, no me fijo mucho hasta que llegan a Surge, un seis, a pesar de ser pequeño no le fue mal, luego yo, un diez, Seth me sonríe y me da unas palmaditas en el hombro, luego me fijo en Jared, diez, Boggs en siete, Pervinca un ocho, sonrío con las puntuaciones de mis amiguitos y luego Annie apaga la television, ella se va con Surge mientras me dedica una sonrisa que me da animos y me quedo a solas con Seth.

-bien hecho, ahora descansa, mañana tendras las entrevistas y dulces sueños-dice yo asiento, le sonrío y voy a dormir, al día siguiente aparece Octavia felicitandome y con lagrimas en los ojos.
Octavia me pinta las uñas, me maquilla y luego empieza a peinarme, empieza con una par de pequeñas trenzas que luego se vuelven una que gira alrededor del cabello que me queda suelto, luego llega Cinna con un vestido corto de colores agua, me ayuda a ponermelo y me lleva con Seth, él me mira un momento y luego me sonríe.

-creo que ya estás lista, no creo que necesites ayuda con las respuestas.
-no estoy tan segura-digo con voz temblorosa

-todo va a estar bien ¿entendido?

-no
-ya calmate-dice mientras me levanta, yo empiezo a dar patadas, paso mi pie por detrás de su rodilla y tiro haciendo que
caiga, me empiezo a reir y me siento en un sofá.

-tal vez no me vaya tan mal por la mañana.

-¿y seguias dudando?
-si, hazte con la idea de que no es probable que sobreviva

me quedo observando la television, lo único que se ve son apuestas sobre que tributo será el ganador, en primer lugar estamos Jared y yo y luego van por edad, Vi y Boggs son por los que menos apuestan, me quedo de brazos cruzados con ganas de matar a alguien. Seth me sobresalta al posar sus manos en mis hombros y me dice que es hora de las entrevistas, me levanto y me llevan al elevador, al bajar me encuentro con un enorme escenario, todos los tributos nos sentamos formando una media luna, me fijo que entre los tributos de cada distrito un simbolo de este, entre Surge y yo hay un tridente con una red de pesca, empiezan a pasar todos los tributos, la chica y el chico, la del uno es bastante chistosa, su compañero es todo un arrogante, la del dos, una maquina de matar, no me fijo en nadie más, entonces me llaman.

Antes el entrevistador era Caesar Flickerman, ahora es una chica de cabello largo y verde, lleva un vestido blanco, su nombre es Lies Wesel, camino hacia la silla junto a ella, me saluda y empieza con un comentario que me tomo bastante mal.

-bueno Rue, casi no te vimos en el desfile pero nos encantó tu traje, al parecer tu te encargarás de apagar el fuego de tu madre.

clavo las uñas en la silla para evitar que vayan directo a su cara.

-¿con que eso crees? pues te digo en este momento que soloo vine a este podrido lugar para proteger a dos personas que son lo más importante para mí, y también para hacerles la vida imposible durante el tiempo que me quede, además me he dado cuenta de que yo valgo por mi misma y voy a hacer todo lo que pueda para que alguien se encargue de que esta vez caigan de verdad, puede que del fuego queden cenizas pero esta vez los van a aplastar-la ultima frase la digo gritando, me levanto del asiento y me voy acercando al resto de los tributos, llego junto a Surge y en ves de volver a sentarme quito el tridente de su lugar y lo arrojo a los pies de Lies, si la hubiera matado quien sabe lo que podrian haber hecho, tal vez romperían el trato. Le dedico una sonrisa triunfal a una camara que me está enfocando y vuelvo al centro de entrenamiento hecha una furia, Seth intenta calmarme pero no hago caso de nadie, me pongo el primer camison que encuentro y me duermo enseguida.
Me despierta la débil voz de Annie dicíendome que me levante ya que es hora de subir al aerodeslizador 
que me llevará a la arena, me doy una ducha rápida y me pongo una túnica que encontré sobre mi cama, al salir le doy un abrazo a Annie y mi mentor me acompaña al techo.

-¿no tienes ningún consejo?-le pregunto para romper el silencio

-la verdad nada, tu sabes que hacer, solo evita las estupideces

-lo intentaré

-y has lo que puedas por ganar-susurra antes de que pueda subir al aerodeslizador, nos despedimos con un abrazo y luego pongo un pie en la escalera y la corriente eléctrica me paraliza, al llegar arriba me inyectan el dispositivo de rastreamiento, el viaje no dura mas de media hora y luego un par de agentes me llevan al corral, ahí me espera Cinna que me ayuda a ponerme el traje que usaré el tiempo que dure viva en los juegos, al contrario que antes cada tributo lleva un traje distinto, el mío es completamente blanco y al observarlo bien me percato que es el uniforme de los médicos del distrito 13 durante la rebelion, esto ya me da mala espina. Al terminar de ayudarme con el traje mi estilista me hace un par de trenzas, no necesito que me diga nada para saber que es por orden de Hades, luego me sorprende cuando me entrega el collar que me dio Finn, creí que lo había perdido cuando mi equipo de preparación trabajaba con mi cuerpo, tenerlo me trae algo de seguridad, sin darme cuenta ya ha pasado el tiempo que me quedaba antes de subir al infierno que me espera, me paro sobre la plataforma de metal y en un segundo se eleva el vidrio dejandome encerrada, me doy cuenta de que no me he despedido de Cinna, alcanzo a hacer un gesto con la mano y ya estoy subiendo, la plataforma se vuelve firme y empieza mi ultimo minuto fuera del alcance de los mutos que pueden haber, observo con atencion el lugar donde estoy, lo primero de lo que me percato es el olor, luego las tuberias, la corriente de agua podrida el moho en la paredes, estoy en las alcantarillas del antiguo Capitolio, después de la rebelion lo volvieron a construir en otro lugar.

-¡es enserio!-grito enojada

se me acaba el minuto y una especie de brazo metalico me acerca una mochila con tres botellas de dos litros llenas de agua, algo de comida y una nota que dice que repondran las cosas cuando me quede sin alimento ni agua, luego me entrega un arco y un carcaj, perfecto la cuenta regresiva llega a cero justo cuando he cargado el arco, entonces observo como van apareciendo las mutaciones
Me quedo paralizada mientras examino mis oportunidades, en un par de segundos han llegado las mismas mutaciones que se encontró mi madre en este mismo lugar, la verdad estar aquí me dio una ventaja, hace tiempo el amigo avos de mis padres, Pollux, me enseñó un mapa con cada uno de los lugares de estas alcantarillas, todo a petición mía, y me ayudó a aprendérmelas de memoria, con algunos consejos suyos por medio de idioma de señas, y yo  le estoy muy agradecida en estos momentos precisamente, sonrío para mi misma y susurro un "gracias Pollux" junto a mí hay una tubería bastante estrecha. Paso sin problemas ya que soy bastante menuda, giro a la derecha un par de veces luego a las izquierda y subo por unas escalerillas, llego a un cuartito estrecho y con bastante mal olor, aquí estaré a salvo por una hora como mucho, reviso un bolsillo que no había visto antes de la mochila y descubro un pequeño reloj con otra nota.

aquí podrás ver el número de tributos que siguen con vida, incluyéndote

me pongo el reloj en la muñeca y observo la pequeña pantalla, en estos juegos no hay cañonazos, quedamos veinte tributos, salgo de el cuarto y camino por las alcantarillas, mientras más me mueva la mutaciones tendrán menos oportunidades de encontrarme, un par de veces creo ver a mi hermano o a mis padres, estar aqui ya me ha afectado, cada cierto tiempo reviso el pequeño reloj y luego sigo caminando, despues de unas cuantas horas moviendome me da algo de hambre así que saco la primera cosa comestible que encuentro de la mochila y como de a poco, no quiero gastar todo el primer día, sigo caminando y tomando unos descanso de maximo diez minutos hasta que, por la luz que se filtra a través de las rejillas por donde se filtra el agua en los días de tormenta, me doy cuenta de que se hace de noche, me acurruco dentro de una tubería perfecta para que entre y me quedo dormida.

Los primeros rayos del sol hacen que por fín salga de la ola de pesadillas de anoche, solo se trataban de ver morir a todos los que quiero de distintas formas, quiero llorar, suicidarme y que este dolor termine al fin pero  no puedo rendirme ahora, estoy decidida a hacerle la vida imposible a Hades por todo lo que me quede de existencia, escucho mi nombre en un leve susurro pero hago caso omiso, no puede ser nada bueno, salgo de mi tubería y sigo caminando, subiendo, girando, hasta que al abrir una puerta me encuentro con las mismas mutaciones de ayer, junto con las de las sesiones privadas, intento correr pero me cierran el paso, le disparo en la cabeza a uno de las sesiones privadas y paso corriendo por encima de su cadaver, no dejo de correr hasta que llego a un puente que fue destrozado, no miro hacia abajo, tomo impulso y salto, llego a duras penas al borde del puente y subo a duras penas, sigo caminando mientras me doy prisa, de repente siento un dolo en mi estomago, uno de esos mutos me arañó, no es una herida letal así que no le presto mucha atencion, antes de poder dejar de ver a los mutos, que intentan tomar impulso para saltar, observo un tridente dorado, me acerco a la carrera, encuentro una pildora dorada y una pulsera con un pequeño botón, no me da tiempo a comprobar si es el tridente que creo, guardo la pildora en mi mochila y lanzo el tridente que da en el cuello de uno de los mutos con olor a rosas, lo mata enseguida, aprieto el boton y el tridente vuelve a mi mano, una punzada de dolor me atraviesa el corazon y salgo corriendo mientras las lagrimas se deslizan por mi rostro, este es el tridente de el padre de mi Finn, es el tridente de Finnick Odair.
no dejo de correr hasta que llego a una pequeña habitación donde me quedo pensando, el tridente que tengo ahora es del padre de Finn, un hombre que nunca se rindió, a pesar de todo lo que le hicieron, en eso también es una persona como mi madre, ambos estaban decididos a sacrificarse por otras personas, recuerdo que Finnick protegió a mi padre y por eso recibió un navajazo de la vencedora del distrito 2, Enobaria, a pesar de eso sobrevivió y siguió luchando, tal vez yo tenga esa oportunidad, o tal vez no, la verdad no me importa pero cambié de opinión, voy a seguir luchando, por mi hermano, por mis padres, por Finn, por Annie, por Seth, no importa si no logro salir de aquí pero voy a desafiar a Hades hasta el final.
Ahora observo la píldora morada, esto también me puede servir, si algo o alguien me acorrala no le daré el placer al Capitolio de verme asesinada, no, voy a suicidarme y les demostraré que no pueden controlarme, ahora pasé de ser una chica que le teme a su propia sombra a una persona salvaje, fuerte, incontrolable y destructiva, puedo pasar por alguien tranquila, asustada y que sigue órdenes pero nadie podrá evitar que siga con mi voluntad ni que cumpla mi objetivo, igual que... el mar, ahora me siento bien, más fuerte que nunca. No soy una imagen de mi madre, no tengo que ser como alguna persona, yo soy única y especial, no estoy hecha de fuego pero eso no significa que pueda ser importante a mi manera, no voy a esperar voy a usar todo el tiempo que me quede para desafiar a Hades Snow.

-puede que no sea mi madre, pero voy a destruirte, Hades-digo con voz firme, sé que van a cortar este momento, pero también sé que él puede escucharme, al igual que su hijo, quien me apoya y se ha convertido en alguien en quien puedo confiar.

Me siento en el piso y examino mejor el arco que me entregaron, me parecía familiar, con razón, es el de mi madre. Algo, instinto tal vez, me dice que esto es obra de Seth, no puedo evitar sonreír ante el gesto de mi amigo, nunca pensé que alguien que es familiar de la persona que tanto daño le hizo a mi madre haya podido volverse uno de mis mejores amigos.
Escucho otra vez mi nombre y esta vez puedo reconocer perfectamente la voz, salgo de la habitación y descubro a la personita que he escuchado, mi pequeño hermano.

-¿quien te trajo aqui?

-ven-luego de decirme esto sale corriendo y yo lo sigo.

-¡Gale! ¡Gale! ¿donde estás?-grito a todo pulmon cuando lo pierdo

-aquí

sigo el sonido de su voz hasta llegar a una escalera, mi hermanito señala la escalera, yo subo seguida de él y me horroriza lo que encuentro, dos agentes de la paz que golpean a mi Finn, mi hermano me mira con tristeza cuando Finn cae al piso. Saco una flecha que da en el cuello del primer agente, lo mismo pasa con el segundo y me acerco al chico al que amo, intento ayudarlo a levantarse hasta que encuentro una sonrisa despiadada en su rostro, no entiendo lo que sucede hasta que el que creí mi hermano toma la forma de una ardilla sedosa, con unos colmillos filosos y que se lanza hacía mi, en el ultimo momento alzo el tridente para protegerme y el cuerpo de la ardilla se clava en él, el supuesto Finn me sujeta por los hombro y hace que me apoye en una pared mientras él se va volviendo una de las personas que toda mi familias odia, empezando por la rosa blanca y terminando con los ojos de serpiente.

-¿que vas a hacer ahora señorita Mellark?-cuando susurra esas palabras me llega el aroma a sangre de su aliento, observo el tridente y el arco en el piso y noto el carcaj deslizarse a hasta mi codo, logro sacar una flecha por detras de mi espalda y sin dudar un segundo la entierro en la sien de quien me sujeta.

-lo que siempre quise-le respondo antes de que se le escape la vida.

Recupero el tridente y el arco y me vuelvo a colgar el carcaj al hombro, empiezo a caminar sin rumbo fijo durante todo el día, en un momento del día me da hambre y vuelvo a sacar lo primero que encuentro en la mochila, luego cuando ya me siento cansada vuelvo a esconderme en una tubería y me duermo.
Salgo corriendo de mi habitación pasando por la cocina donde está papá horneando pan y salgo al patio donde están mamá con mi hermanito recién nacido, les comento que voy al bosque y salgo corriendo otra vez. Me doy de bruces contra la alambrada pero no te tomo mucha importancia y paso por debajo como hacía mamá cuando era algo mayor que yo. No me preocupo de buscar uno de los muchos arcos que hay ocultos y sigo caminando hasta encontrarme con Jared. Le sonrío pero enseguida me quedo embobada mirando el bosque, los suaves tonos sonrosados de las hojas que cuelgan de las ramas de los arboles o las que yacen el césped, mi amigo me saca de mi ensoñación arrojandome unas cuantas hojas y yo lo salgo persiguiendo.
-¡de esta no te salvas,Jared!

-¿con que eso crees?

Logro alcanzarlo y me arrojo sobre él.

-¿que decías?

-que lo siento, Rue.

-eso creí, ahora arriba-digo levantándome y extendiéndole una mano, él la toma y se pone en pie.
Sin que se de cuenta me acerco a un gran montón de hojas cojo la mayoría y se las lanzo al rostro, él me sonríe y despues de un rato terminamos repletos de hojas.



Me despierto con las lagrimas en los ojos, tantos recuerdos que no volverán, aún así me obligo a mantener una sonrisa. Salgo con cuidado de la tubería y empiezo a caminar, vuelvo a escuchar voces y sigo el sonido hasta un lugar bastante iluminado, lo de ayer me parece solo un mal sueño cuando observo a las personas que están el el lugar, porqué pienso que es verdad.

En el lugar están Finn, que me rodea con sus brazos en cuanto me ve, el tío Gale, Debrah, mi madre y la persona a la que apunta con su arco, Seth. Intento soltarme de los brazos de Finn cuando me doy cuenta de las intenciones de mamá pero me sujeta con fuerza, con la desesperacion lo golpeo con mi cabeza y él me suelta, corro y me interpongo entre mi madre y la persona a la que está a punto de ejecutar, sucede lo que esperaba cuando mamá baja el arco, salvo que el tío Gale se lo quita y me apunta a la vez que Debrah saca una pistola y apunta con ella a Seth, mi madre intenta detener al tío Gale cuando le llega un disparo en la sien, Finn se arroja sobre Debrah y logra matarla no sé como, el tío Gale le dispara un flechaso y ahí quedamos nosotros tres. Seth, el tio Gale y yo, noto que el ex amigo de mamá lleva su mano al carcaj en busca de un flecha pero yo lo atravieso con mi tridente, en eso Seth me gira y me susurra algo que llego a escuchar porque me distrae ver como se esfuman los cuerpos de todos los muertos, lo mismo pasa con mi amigo. Solo un truco de los vigilantes, me repito, solo un truco. Entonces escucho el continuo pitido que viene de mi reloj, reviso la pantalla y observo incredula el número ocho, hora de la segunda arena, noto como se desprende una parte del techo y una escalera baja a por mí, me sujeto a esta y la corriente electrica me paraliza hasta llegar con Annie y Seth
pestañeo unas cuantas veces para acostumbrarme a la luz del aerodeslizador y entonces observo a mi mentor, no dudo un segundo en lanzarme a sus brazos y echarme a llorar, poco a poco mientras me voy calmando me doy cuenta de lo estúpida y débil que debe pensar que soy.
-l-lo siento, es que e-esto ha sido muy duro...-balbuceo pero mi amigo me sonríe.
-tranquila, es lo menos que se puede esperar de lo que te hicieron durante la primera etapa, pero solo estaban jugando con tu mente, nada de lo que viste es real.
-lo sé, pero no podía evitar preocuparme, en el momento olvidaba que la que está por morir soy yo y no ustedes.
-no te estoy diciendo que eso está mal, después de todo eres humana, ahora ven aquí que no necesitas ocultar tus sentimientos conmigo ¿soy tu amigo verdad?
-si-susurro y me acerco a él mientras me abraza, se siente bien saber que alguien está apoyándote y se preocupa por ti.
-vale, Octavia quiere verte y según ordenes de ese maldito estúpido que está a cargo ahora-no puedo evitar una sonrisa al escuchar como se refiere a su padre-, tienen que arreglar a los tributos, pero evitar curarles las heridas. No estás muy grave así que no tengo que preocuparme demasiado.
-vale, adiós-consigo decirle antes de que llegue Octavia en medio de lagrimas, me abraza y me lleva a dejarme en base belleza cero, como siempre hacía con mi madre.
Octavia me mete en una bañera con un delicioso aroma a limón que agradezco después de pasar un tiempo en unas alcantarillas, ella se pone enseguida a trabajar con mi cabello, que no me deja observar por cierto, y con mis uñas que deja limadas a la perfección.
-Voy a la arena no a un concurso de belleza-le digo sonriendo.
-aún así, eres una dama y debes verte bien en toda ocasión.
-¿has estado hablando mucho con Effie?
-si.
-se te nota.
cuando termina de arreglarme me entrega un traje igual al que usé en la primera etapa salvo que mucho más limpio, me visto le doy un abrazo y vuelvo con Seth que me espera con una sonrisa. Cuando me acerco me suelta las dos trenzas que me hizo Octavia, de nuevo por orden de Hades, y me entrega mi mochilita con mis armas y la jaula de noche.
-ahora no vas a fingir ser nadie ¿vale? ahora solo eres tú, Rue, una gran chica y que no necesita parecerse a ninguna otra persona para ser importante.
-gracias... por todo.
-no tienes nada que agradecer-susurra mientras me abraza-, solo haz lo posible por volver.
-lo intentaré.
-eso quería escuchar.
me piden que baje del aerodeslizador y un agente me ayuda a llegar al corral, enseguida me subo  a la plataforma metálica y espero al momento de subir a la arena, cuando eso sucede mantengo mi tridente en la mano, pero me da un ataque de horror cuando la plataforma se vuelve firme y veo al resto de los tributos que siguen vivos, los mayores somos Jared y yo, Vi y Boggs aún están vivos y los otros cuatro no superan los doce años.
el minuto que nos dieron se acaba y nadie se mueve, los niños demasiado asustados, Jared planeando ataques, lo noto por la expresion de su rostro y yo intentando no entrar en un ataque de ira, cuando veo que mi amigo de la infancia está a punto de bajar de su plataforma yo bajo de un salto y me acerco a él, con el tridente hacia abajo demostrando que no le haré daño, él se queda observandome con un pie abajo y uno arriba de su plataforma.
-¿que vas a hacer?-susurro intentando parecer tranquila- aquí solo hay unos niños, puedo aceptar intentes matarme a mí pero a unos niños pequeños, eso no. Sé que quieres volver para apoyar a tu madre pero pienso que sigues siendo mi amigo que no sigue ordenes y que es noble por sobre todo, si estoy en lo correcto por favor no les hagas daño a ellos, si quieres matame a mi pero no los lastimes.
-¿que vas a hacer tú? no puedes quedarte quieta, recuerdo que mencionaste hacerle la vida imposible a Hades Snow ¿lo vas a lograr rindiendote? solo lo complacerías.
-no seré su marioneta, no mataré a nadie, no podría, ni a tí que eres un amigo muy importante ni a unos niños.
-pues yo sí, estabas equivocada, aunque antes, toma-susurra mientras me entrega algo, observo el objeto, más bien el broche de sinsajo de mamá, le arrojo el arco y el carcaj a Jared y salgo corriendo al bosque que nos rodea.
La cornucopia está en un claro al que cruza un río, hacia el norte se podia observar un acantilado y luego está donde me fui yo, el bosque.
Lo primero que hago cuando ya llevo corriendo un tiempo y no escucho los gritos de la cornucopia es subirme a un arbol y echarme a llorar, mi amigo ya no es quien creo, seis niños van a morir y tambien yo, no voy a luchar contra Jared, voy a dejar que me mate ¿en que estaba pensando? no podria matarlo ni a Vi o Boggs, ¡Vi, Boggs! ¡no puedo dejarlos! salgo corriendo de vuelta al claro y al llegar los observo, ambos están observando horrorizados como Jared mata a otro niño, me acerco a ellos e intento llevarlos al bosque, es entonces cuando una flecha está a punto de llegarle a Boggs en el corazón, me interpongo como puedo y el flechazo me llega en el brazo, ni siquiera me saco la flecha solo puedo pensar en llevarme a los pequeños a un lugar seguro.
despues del flechazo que me llegó no recuerdo mucho, solo que tomé a los niños y los lleve a una laguna escondida por las ramas de un precioso sauce, ya ha pasado toda una noche y yo sigo pensando que diablos voy a hacer, no puedo matar a Jared, pero tampoco puedo dejar a este par de niños indefensos, ellos son parte de mi familia y no podria soportar que algo les pasara. Aunque eso significara mi salvacion, poder ve a Finn de nuevo, es lo que mas quisiera en estos momentos pero no me permtir e ser egoista, debo salvarlos.

-Rue, dejame quitarte esa flecha-la voz de Boggs me saca de mi estupor, miro en todas direcciones pero no encuentro nada mas que a Vi dormida y a Boggs junto a mi.

-vale.

el pequeño me quita la flechaa del brazo , lo que hace que se me escape una mueca, y me venda, ambos nos ponemos empeñados en mantener a la pequeña Pervinca a salvo.

-¿Boggs?
-¿si?
-tu y Vi tienen la misma edad y tienen mucho por vivir, aun son solo unos niños ¿que es lo que te hace querer mantenerla con vida a ella y no tratar de salir tú?

-es mi hermana ¿no? tú harias lo mismo por Gale

-la verdad sí, por eso vine aquí, pero me sorprende lo maduro que eres, si tomamos en cuenta que solo tienes diez años

-la edad es solo un numero.

-en eso tienes razón. Quedate aquí cuidando a Pervinca, yo iré a cazar.

-pero solo tienes un cuchillo y ese tridente, no creo que te sean muy utiles.

-Oh, cierto, de camino construiré un arco y unas flechas.

-Rue...

-Boggs, en estos momento lo único que me importa ahora es mantenerlos a salvo y fuertes, ambos tenemos planeado que Vi vuelva con el tío Gale y Debrah, tarde o temprano voy a morir y lo mejor es asumir riesgos para que ambos esten listos para el momento en que deban enfrentarse a Jared, lo siento pero matarlo no puedo, necesito que tú lo hagas.
-claro-es lo único que dice el pequeño, al aprecer mi respuesta lo sorprendió bastante.

-los veo para la cena... estén alertas, Jared puede aparecer en cualquier momento y deben estar listos, ten-le entrego el tridente- después te frabricaré un arco, sé que es con lo que mejor te manejas.

-gracias por tu ayuda.

-no hay nada que agradecer, ustedes son como mis pequeños hermanos.

Después de terminar el arco a varios metros de nuestro escondite empiezo a correr para llegar lo antes posible junto a mis pequeños aliados, Jared no es la única amenaza, también les pueden enviar mutaciones, tal vez otro de los pequeños pueda ser mortifero, o mortifera, algun bicho venenoso.

Camino siguiendo el cause de un río y cada vez escucho más sonidos de los muchos habitantes del bosque, puedo reconocer las voces de los sinsajos, el sonido algo chillon y muy leve de las ardillas, una que otra colmena de abejas, lo repito abejas no rastrevispulas, no tardo mucho en cazar tres connejos y nueve ardillas, los que me parece suficiente por hoy asi que vuelvo con mis pequeños amigos.

No llevo mucho del camino recorrido cuando escucho un ruido proveniente de los arbustos de madreselva a mi alrededor, cargo el arco enseguida preparandome para un perro salvaje pero lo que me encuentro es mucho peor que un muto, Jared y muchos animales salvajes, todo junto.
Seth, lo que menos deseaba es que trajeran a este horrible lugar a una persona que me importa, de verdad están jugando sucio, no puedo creer que Hades sea capaz de lastimar a su propio hijo ¡Yo soy la tributo, no él! los ojos se me llenan de lagrimas pero intento mantener la calma, no puedo volver a demostrar debilidad al Capitolio.

Un gemido por parte de mi mentor me trae de vuelta a la realidad y no dudo un segundo en acercarme a él y observarlo mejor, descubro que está lleno de pequeños cortes y bastantes moratones, si a eso le sumamos las ojeras puedo afirmar que lo han torturado bastante, tambien me percato de as cuerdas que lo atan, le acaricio el pelo para calmarlo y saco el cuchillo para empezar a cortar sus ataduras, cuando ya he terminado me lo echo a la  espalda como puedo, no se de donde saqué las fuerzas, y me dirijo al refugio que comparto con mis pequeños aliados, esta vez prestando mucha atención a la posible aparición de Jared, estoy segura de que si nos lo encontramos no dudará en acabar con Seth, no tardo mucho en llegar y cuando el pequeño Boggs me ve llegar me ayuda a tumbar al herido sobre un arbusto y me entrega uno de los botiquines para curarlo.

Saco un poco de algodón y lo mojo en alcohol para limpiarle las heridas a mi amigo, cuando el algodón toca su piel abre los ojos de golpe y se le escapa una mueca, yo le acaricio el rostro y lo apoyo en mi regazo.

-tranquilo, ahora estas a salvo.

-Rue, pensaba que te estaban torturando, soy un idiota ¡Auch!

-lo siento pero tengo que limpiarte esos cortes.

-pero...

-nada.

-pero...

-¡Seth, cállate!

-alguien no está de buen humor.

-estoy en este horrible lugar a cargo de dos niños y si quiero que por lo menos uno de ellos salga vivo debo matar a mi amigo de la infancia ¡claro que no estoy bien, Seth!

-ahora tú debes calmarte, aunque creí que me habías dicho que intentaría ganar.

-no puedo cumplir esa promesa.

-si puedes y tienes que hacerlo-me giro al escuchar la delicada voz de Pervinca.

-Vi...

-primero: Boggs y yo no vamos a servir de nada fuera de aquí, tú eres la que puede manejar a todo el país, tú eres perfecta para ayudar a derrotar al Capitolio.

-¿cómo sabes eso?

-no importa, segundo: ya hiciste una promesa y tercero: lo más probable es que tú ganes, lo único que debes hacer es matar a Jared.

-pero...

-pero nada.

-¿a quien me recuerda? segura de que no es TU hermana-me dice Seth y por su voz noto que está sonriendo.

-¡tú callado!-le decimos la dos al mismo tiempo, luego Vi se queda callada-, después nos preocupamos de eso, ahora debemos asegurarnos de pasar la noche, Yo hago la guardia, Vi. Tú y Boggs son muy pequeños para defenderse y Seth está herido ¿entendieron los tres?

los pequeños asienten, miro a mi mentor.

-no vas a hacer guardia sola, yo te acompaño.

-no.

-Rue.

-no.

-Rue.

-¿Rue qué?

-no importa cuanto te quejes los dos haremos guardia.

-Seth, yo soy la tributo, yo elegí estar aquí, no quiero que algo te pase por mi culpa.

-y yo no dejaré que te hagan daño.

-¿por qué? solo soy una de los tributos que quedan, la mayoría merece salir de aquí mucho más que yo.

-porque de verdad me importas, eres mi amiga y no soportaría perderte.

doy un suspiro tratando de pensar en mi siguiente movimiento, si quiero que Vi  y Seth salgan de aquí, con Boggs no hay caso no va a cambiar de opinion, tengo que planear todas mis acciones con sumo cuidado, lo más importante es ser capaz de matar a Jared, si logro escaparme del campamento y luego matarlo lo demás será sencillo, podría ahorcarme, atravesar mi estomago con un tridente, vaya ironia otra Rue muerta por una herida en el estomago, o simplemente cortarme las venas, morir es sencillo, burlar a mis aliados y ser capaz de matar a un gran amigo es lo dificil.

-Rue, Rue ¿que sucede?-mi mentor me está zarandeando, debí de perderme mucho tiempo en mi mundo.

-estoy bien, no pasa nada.
-¿segura?

-segura, tranquilizate.

-Por favor dime que no planeas ninguna estupidez.

-no seas tonto, ahora vamos a hacer guardia.

Nos asomamos entre las ramas del sauce atentos a cualquier movimiento, yo empiezo a revisar en el botiquín encuentro vendas, aguja e hilo esterilizado, más algodón, alcohol, pildoras para el dolor de cabeza, un termometro, morflina, jeringuillas, algunas vacias y otras etiquetadas con el nombre de una enfermedad, hierbas ¡Espera, morflina! ¡de verdad soy estupida! lleno una jeringuilla con morflina y me acerco con cuidado a Seth, me abalanzo sobre él, tumbandolo en el piso, y le inyecto la moflina en el brazo, o lo que puedo ya que se quita la jeringuilla y la arroja, me preocupa el hecho de no haberle inyectado lo suficiente hasta que, unos segundos después, observo como las drogas se apoderan de él sumiendolo en lo que yo creo es un profundo sueño, agacho la vista, le doy un beso en la frente a cada uno de los pequeños y salgo de nuestro escondite, con la esperanza de encontrar a Jared y morir ambos antes de que cualquiera de las tres personas que dejé atras despierten.
Mis conocimientos de medicina me empiezan a rondar por la cabeza mientras camino, lo que más me preocupa en estos momentos en que la cantidad me morflina que le inyecté a Seth no sea suficiente, en realidad no se cuanto le inyecté y eso puede suponer dos cosas, una que haya sido suficiente y dos que esté a punto de despertar, esa última idea me hace empezar a correr, puede que me queden segundos, minutos o incluso horas para realizar mi plan, pero es mejor prevenir que lamentar, cada vez avanzo con mayor rapidez y empiezo a llamar a Jared, si tan solo me escuchara todo sería más fácil...
Escucho unas pisadas venir hacia mí, Jared no puede ser, no conoce nuestro escondite y la cornucopia está al frente, y tampoco es tan rápido como la persona detrás de mí, incluso después de haberlo llamado estoy segura de que no estaría haciendo tanto silencio, además ninguno de los otros tributos podría estar siguiendome así que la única persona que puede ser es mi mentor, observo hacia atras y descubro que mis sospechas estaban en lo correcto, acelero el paso lo más que puedo hasta perder de vista a Seth, entonces me oculto entre las ramas de un árbol, típico de mí, observo a mi amigo pasar corriendo, espero alrededor de media hora para bajar y retomo mi camino, está vez en silencio, con la esperanza de que no me sdescubra, avanzo con cuidado, dejando pasar el tiempo estoy segura de que si sigo así voy a conseguir mi objetivo, sé que voy a tardar pero pronto Jared y yo estaremos muertos, estaré muerta y Vi tendrá la oportunidad de volver con el tío Gale y con Debrah, al fin moriré y esto va a acabar, yo ganaré a mi forma, le demostraré a Hades que él no puede hacer nada para controlarme, nada que pueda impedir que logre lo que quiero y lo que quiero ahora es morir, dejar de lado el dolo y abrir paso al valor, a la esperanza de los distritos, este control sobre ellos es temporal pronto el padre de Seth caerá, al igual que Coriolanus, no podrán hacerle daño a mi hermano, a Finn, a mamá, a papá, a Annie, a Vi, a Debrah, al tío Gale, a Haymitch, todos ellos estarán a salvo aunque yo no viva para verlo, todos sanos y salvos.
Se forma una sonrisa en mi rostro y acelero el paso, siempre sujetando muy bien mi tridente ya que dejé el arco para que lo use Boggs, pronto las sonrisas se vuelven risitas nerviosas y más tarde carcajadas, debo parecer loca pero estoy aliviada, aliviada de dejar que el dolor se esfume al fin, el dolor y el miedo, me paro en seco al observar entre los arboles la cornucopia, sé que Jared esta ahí, tengo que poder matarlo, debo ser capaz de matarlo, doy un pequeño paso que hace crujir unas ramas y entonces caigo al piso, intento liberarme pero me mantienen bien sujeta, no puedo mover mi cuerpo, tampoco mis brazos, sin embargo abro los ojos para ver a lo que me enfrento, puedo con todo. Con todo menos lo que me encuentro.

Seth me mantiene en el piso y por su rostro descubro que no está dispuesto a dejarme seguir con mi plan, sabe que no voy a gritar así que se preocupa solo en mantenerme inmóvil.

-Seth deja que muera, te lo suplico, yo no quiero volver...

-Vas a tener que hacerlo.

-Por favor, déjame.

-No, no voy a perderte.

-Te lo suplico, quiero morir.

-No te voy a soltar.
Las lagrimas empiezan a caer por mi rostro, estuve a un paso de conseguir mi objetivo, a un paso de alejar a Vi del peligro que es Jared, pero no pude, fallé.

-Por favor, es lo único que puedo hacer, déjame morir.

-Vas a salir de aquí, lo juro-mi amigo me echa a su espalada y me sujeta evitando que pueda escaparme, empiezo a forcejear pero me doy cuenta de que no tiene caso.

-Fue una mala idea escaparme ¿cierto?

-Si, tuve que buscarte por horas y no sabes lo preocupados que están Boggs y Pervinca.

-Pareces mi padre dándome un sermón.

-Entiende que no quiero que nada te pase, por favor Rue trata de ganar.

-Pero yo quiero morir.

Seth me deja en el piso y me sujeta los hombros.

-Entiende que no ayudarás a nadie muriendo, todos los distritos te necesitan viva, al igual que tu familia, tus amigos, tu novio... y yo también.

-Te equivocas, nadie me necesita, mis padres tienen a Gale, Annie y Finn se tienen el uno a la otra, Haymicth lo soportará con una botella de licor blanco y el apoyo de Effie, ella vive en su propio mundo, Debrah tiene al  tío Gale y ambos tendrán a Vi.

-¿Y yo, Rue? eres la única persona que tengo a la única que quiero, tú eres mi única amiga y no soportaría dejarte ir.

Me quedo helada, nunca había pensado en Seth, nunca imaginé que estuviera tan solo...

-Seth de verdad lo siento...

-¿Sentir qué? ¿haberte escapado? no hiciste ninguna locura y eso es lo que importa ahora-me dice con una pequeña sonrisa, puede engañar a todos menos a mí, me acerco y le doy un abrazo, mi amigo me susurra un gracias al oido.-vale hora de volver, aunque, para que no te escapes...

Vuelve a echarme a su espalda y yo empiezo a protestar, mi amigo no para de reír y al final yo termino riendo con él.
-Seth no me escaparé pero por favor bájame- le sigo con una sonrisa a mi amigo
-¿Prometido?

-Prometido.

-Vale-sonríe y me baja, pero enseguida posa su brazo sobre mis hombros.

-Que poca confianza.

-Por lo menos te bajé.

-Aunque tenerme así no te va a servir-le dedico una sonrisa y salgo corriendo hacia nuestro escondite, mi amigo empieza a perseguirme hasta que me atrapa y ambos rodamos por el suelo casi sin darme cuenta caemos a un charco de barro, le tiro un poco y empezamos una verdadera pelea de barro, al llegar con Boggs y Pervinca estamos sucios de pies a cabeza.

-¿Y según tú yo era el inmaduro?- dice un Boggs sonriente.

-Cállate o a ti también te toca barro.

-Y llegaste enojona.

suelto un bufido, entonces noto como alguien me empuja, alcanzo a ver a Seth y lo sujeto mientras ambos rodamos hasta el agua, no paro de reír y juego un poco en el agua mientras mi mentor cocina la cena.

Narra Seth

Me hace tanta gracia como cambia esta chica, de ser la madura suicida se vuelve la divertida, alocada e infantil chica que conozco, después de la pelea de barro se ha puesto a discutir con Boggs, se me ocurre una pequeña broma, le doy un pequeño empujón para tirarla al agua, ella me sujeta y ambos rodamos hasta que nos encontramos en el agua, la salpico un poco pero parece no darse cuenta, decido salir para preparar la cena, ella empieza a chapotear y nadar durante un buen rato mientras yo la observo unas cuantas veces intentando que no se queme lo que ella cazó antes de encontrarme, no puedo creer que hace un par de días pensaba que la estaban torturando, mientras que sigue siendo la chica adorable y divertida de siempre, Pervinca se acerca a Rue y le pregunta si le puede enseñar a nadar, a Rue se le forma una sonrisa de oreja a oreja y toma en brazos a la pequeña para enseñarle, primero que nada, a flotar, después de un par de veces en que casi se hunde Vi comienza flotar, Rue la felicita y la toma en brazos, la pequeña empieza a reír, las observo a ambas cuando Boggs me saca del mundo Rue.

-Creo que eso se está quemando.

-¿Que?

Siento un olor a quemado salir de la carne y la alejo de la fogata, puedo escuchar las carcajadas provenientes desde el agua.

-Si, si ¡muy chistosas! ¡no he hecho esto nunca!

-Te lo dije Vi, un chico mimado

-¡Hey!

miro hacia la dirección de donde vienen las risas para decirle algo pero me quedo boquiabierto observando a Rue, está arrodillada sobre unas rocas que no logran sobresalir del agua, el vestido blanco de los médicos del distrito trece que lleva puesto se mueve por unas pequeñas ondas de agua creadas por el leve viento, su piel pálida y completamente limpia y sus rizos rubios cayendo desordenados sobre sus hombros, está preciosa, me dedica una pequeña sonrisa y yo se la devuelvo.

-Creo que eso ya está bastante cocido ¿eh Seth?

-S-si el resto ya está listo, ven a cenar.

-Vale-sale del agua con cuidado de no tropezarse al caminar sobre las rocas, al final llega y se sienta junto a mí, los cuatro empezamos a comer y conversamos animadamente, Vi nos cuenta lo que pasó mientras yo buscaba con desesperación a Rue, los pequeños tuvieron un día bastante divertido mientras nos esperaban, Rue agacha la cabeza avergonzada por lo que hizo en la mañana, sin poder evitarlo le levanto la barbilla y le sonrío, ella me devuelve el gesto con tristeza, sigue así hasta que los pequeños empiezan a recordar pequeñas anécdotas que vivieron con mi amiga, entonces ella cambia su expresión y empieza a reír con ellos, después de la cena los pequeños se duermen y yo noto lo cansada que está Rue.

- Rue deberías dormir, yo haré guardia.

- Pero me estuviste buscando todo el tiempo, estás herido y te torturaron.

- Estoy bien y tu cansada, además ya tuve suficiente de dormir con la morflina que me inyectaste.- ella vuelve a agachar la cabeza y me arrepiento de lo que dije.

- Lo siento.

- Yo lo siento, no debí decir eso, ahora duerme por favor.

- Esta bien.

Se acurruca junto a un árbol y no puedo evitar acercarme a ella.

- De verdad no vas a dejarme escapar ¿cierto?

- Tienes razón.

- No te preocupes, no lo voy a volver a-se le escapa un bostezo- intentar

- Eso espero, ahora trata de dormir.

Asiente levemente, apoya la cabeza en mi regazo y poco a poco se va quedando dormida, la miro durante un rato temiendo que algo le pase y alguien la aleje de mí para siempre, sintiendo lo mismo que cuando pensé que estaba a punto de morir hace horas "¿Que diablos te sucede?-pienso- nunca has exagerado tanto" noto como se mueve en sueños y le acaricio el pelo para calmarla, ella se acurruca más contra mí y no puedo evitar una sonrisa, pensando que podré protegerla de todo, entonces me doy cuenta de que no tengo ningún arma, me estiro hasta alcanzar una rama bastante firme, la separo de su árbol con el cuchillo que me llevé cuando la buscaba, corto la rama por la mitad y luego le saco filo a cada una de las dos partes, preparando unas improvisadas lanzas, el arma que mejor se me da, cuando ya están listas vuelvo a observar a la chica que necesito proteger, le acaricio el rostro y luego me inclino para besarla, entonces me doy cuenta de algo.
Estoy enamorado de Rue Mellark, no puedo vivir sin ella.
Rue sigue dormida sin preocuparse de lo que sucede a su alrededor, vuelvo a acariciarle el pelo para asegurarme de que sigue aquí, si la pierdo... No sé que pasaría, la necesito, la observo con más atención que nunca, su pálida y delicada piel tiene unas cuantas heridas superficiales, sus cabellos ocultan parte de su rostro, en el que se puede observar una expresión dulce y calmada, parece tan indefensa, tan inocente... escucho Unos ruidos me traen de vueta a la realidad, otra vez en el mundo Rue, una especie de siseo, trato de encontrar el lugar de donde provienen, el lago, de allí surgen unas serpientes gigantes, ojos completamente en blanco, escamas negras mezcladas con unos tonos de marrón, son por lo menos una docena de estos mutos, no oueden ser otra cosa, aunque nunca los he visto, una de ellas se acerca peligrosamente a los pequeños, le arrojo una de las lanzas que hice hace poco pero con un rápido moviemiento la esquiva, aunque despierte a Rue y los pequeños no podríamos luchar contra ellas, solo tenemos un cuchillo, un arco, un tridente y la lanza que me queda, la otra no la veo por ningun lugar, además son muy rápidas, si tan solo pudiera encontrar su punto débil, pero no hay tiempo, solo podemos huir, noto que los pequeños se han despertado.

- Boggs, Pervinca, vayánse de aquí.

- Pero...-empieza la niña.

- Pero nada, rue irá con ustedes.

Sacudo con toda la delicadeza que puedo a Rue, si tomamos en cuenta que estamos a punto de morir no es mucha, ella se despereza y se sienta, ahoga un grito al ver la situación en que estamos.

- Rue llevate a Boggs y a Vi a un lugar seguro ¿vale? yo me quedo aquí.

- No, no me voy sin ti.

- Escucha, los tributos son ustedes, piensa en Boggs y Pervinca, si nos quedamos todos vamos a morir, lo mismo pasará si me voy con ustedes, nos alcanzarían, son muy rápidas.

- Seth, yo vine para morir y eso voy a hacer ahora.

- Rue no lo hagas, te juro que voy a estar bien, recuerda que yo no soy el tributo, solo llevatelos, cuando los vigilantes se aburran y se lleven las serpientes iré por ustedes, lo juro.

- Ya lo dije, no voy a dejarte aquí.

- Te lo suplico, vete, por favor.

- Rue, vamonos - le dice Boggs, ella está a punto de irse al ver a su amigo, pero se reusa a dejarme aquí, él se acerca y le pide a Rue que se agache para decirle algo al oido, por muy maduro que sea tiene diez años, observo las serpientes acercarse poco a poco, disfrutando del espectáculo, tan sádicas como toda mi familia.

- Está bien, me los llevo pero solo si me prometes que vas a buscarnos en cuanto se vayan las serpientes.

- Lo prometo- Le susurro y ella me da un abrazo antes de tomar a Pervinca en sus brazos mientras con una mano sujeta el tridente y salir corriendo con Boggs al lado, quien lleva el arco y el carcaj.

Como pensaba las serpientes intentan perseguirlos pero intento impedirles el avance con la lanza que me queda, se concentran en mi por unos segundos sin moverse, aprovecho para enterrarle la lanza a una en el ojo, otra decide atacarme y caigo al piso, una tercera empieza a envolverme con su cuerpo, ya sé lo que va a pasar y voy aceptando mi muerte, doy una última mirada al lugar por donde se fue Rue y ya no hay rastro de nadie, eso me alivia, ya puedo morir en paz, observo a la serpiente, imaginándome que es mi difunto abuelo, la sola imagen me enfurece y le entierro el cuchillo en la cabeza, la sangre empieza a salir y pronto se convierte en un peso muerto, salgo a duras penas y observo a la serpiente que le di en el ojo a punto de morir, quedan diez y ya no tengo arma, dos serpiente más se me lanzan encima y ahora si que no salgo de esta, recuerdo a Rue para tener una imagen agradable con la que morir cuando dejo de sentir presión a mi alrededor, de nuevo un peso muerto, solo que ahora es el doble ¿Qué diablos sucede? Levanto la vista hacia las serpientes que antes me sujetaban, una estaba a punto de tragarme de un bocado pero ahora yace muerta con una flecha en la garganta, la otra tiene un tridente atravezandole el cuello, ocho serpientes... a través de las ramas colgantes del gran sauce observo a Rue con el arco cargado apuntando a otra serpiente, suelta la flecha y le da en un ojo, consigo salir de entre los dos mutos que me aplastaban, de verdad pesan bastante, y recupero una lanza y mi cuchillo, corto un par de cabezas, atraviezo el cuello de una con la lanza, Rue presiona un boton en su pulsera y el tridente vuelve a su mano, no tarda en atravezar a otra serpiente, Entierro el cuchillo la cabeza de otra y por último Boggs lanza dos flechas que le dan a las dos serpientes restantes, a una en el ojo y a la otra en la garganta, Rue baja de entre las ramas seguida de Boggs y Vi y se me acerca con lágrimas en los ojos, la abrazo con fuerza mientras ella comienza a sollozar.

- Dijiste que ibas a estar bien.

- Supongo que me equivoqué...

- ¿Cómo no me lo esperaba? Con el tonto que tengo de mejor amigo.

- Yo diría que más bien soy un imbécil, sin cerebro, inútil…

- No es para tanto.

- Vale, una pregunta ¿Haz probado la carne de serpiente?

- ¿Esas cosas se pueden comer?

- Sí, en serpientes normales se debe cortar una pulgada desde la cabeza, donde está el veneno, y el resto se puede comer, aunque con lo grandes que son estas vamos a tener que cortar medio metro... aún así tendremos comida por un tiempo.

- ¿Y tú haz probado su carne?

- Si, te va a encantar.

- ¿Seguro?

- Seguro, pero ahora a dormir, comeremos serpientes para el desayuno, yo las preparo.

- Pensé que no sabias cocinar.

- Solo se cocinar serpiente.

- Vale, pero ahora es mi turno de hacer guardia.

- Eso no, tú vuelves a dormir.

Suelta un bufido pero se recuesta junto al lago y se duerme enseguida.

Narra Rue

Abro los ojos poco a poco y  puedo observar a mi mentor apoyado en el árbol junto a mí, le dedico una sonrisa y me levanto para lanzarme al agua, no hay nada mejor que nadar en la mañana, aunque estemos en los juegos del hambre uno tiene que aprovechar cada minuto ¿No? Después de nadar un buen tiempo debajo del agua noto a alguien llevarme hasta la superficie.
- Olvide decirte que las serpientes salieron del lago.

- Pero ya no están ahí ¿Cierto? Por cierto cuando desayunamos, quiero saber si es verdad que saben bien.

- Ahora mismo si quieres, ya están listas.

Seth me trae un gran trozo de carne de serpiente, le ha quitado todas las escamas y parece cualquier pedazo de animal despellejado, clava el pedazo de serpiente en nuestro único cuchillo y me lo ofrece, vale al diablo los modales, le doy un mordisco y descubro un sabor delicioso que no sé como describir, como y como sin hablar hasta que se me acaba la carne.
- ¿Y bien?

- Estaba delicioso, nunca pensé que las serpientes tuvieran ese sabor.

- Que bien, aunque supongo que querrás cambiar de sabor de vez en cuanto, iré a cazar.

- Vale.

- Si pasa algo solo grita, no me alejaré mucho.

- Está bien, pero ten cuidado.

- Lo tendré, hasta pronto.

Veo a mi amigo desaparecer de mi vista y despierto a los pequeños para darles de probar la carne que preparó Seth, les gusta tanto que me piden más, les sonrío y vuelvo a cortar pedazos, en un momento Vi se queda helada.

- Vete Rue.

- ¿Qué?

me giro a la dirección en que mira Perrvinca y observo a Jared, Pervinca y Boggs avanzan hasta quedar delante de mí, Jared les sonríe y toma a Pervinca del cuello, mientras saca un hacha, me lanzo hacia él antes de que pueda hacerle daño a mi amiga, Jared me golpea contra una roca y quedo algo mareada, intento acercarme a ellos a gatas, logro recojer mi tridente pero mi ex amigo me vuelve a golpear, esta vez contra un árbol y veo todo negro, no estoy inconsiente, puedo sentir el dolor y los gritos de mis amigos, que más que preocuparse por sus vidas le gritan preguntandole que me ha hecho, intento decirles que corran pero las palabras no salen de mi boca, escucho un par de gritos más y luego dos cañonazos, luego los pasos de Jared al alejarse.

- ¡Matame a mí ahora!- al fin puedo gritar, noto como se detienen sus pasos por unos segundos aunque después hecha a correr ¿Por que no me ha matado? ¿Por qué? No importa, en cuanto pueda levantarme yo misma me encargaré de eso, puedo hacer un nudo con una parte de mi traje y ahorcarme, sí eso voy a hacer y Jared volverá con Johanna ¡damas y caballeros les presento al ganador de los sueptuagesimos sextos juegos del hambre! ¡Jared Mason! después de ese pensamiento no escucho nada más y esta vez si quedo inconsiente.
Al abrir los ojos me encuentro con los pequeños cuerpos sin vida de mis amigos, me acerco poco a poco y toco sus pequeños y delicados rostros, no quiero creer que esto está pasando, solo es una pesadilla, estoy dormida al igual que ellos y Seth está haciendo guardia, mis pequeños están bien, nada les va a pasar, ellos van a salir de aquí, están a salvo, la realidad tira de mi poco a poco diciéndome que nunca hubiera podido salvarlos, que no había forma de que alguno de los dos fuera el vencedor, yo lo sabía desde el principio pero no quería aceptarlo, limpio sus rostro con el agua del lago, los recuesto en unas rocas, sé que es inútil pero necesito sentir que esto no es verdad que no estoy en los juegos, que Delly no ha muerto, que Jared no ha matado a nadie, observo a Boggs y Pervinca apoyados sobre las rocas, pareciera que están tomando sol como en los ríos del distrito doce, pero por más que lo intente no me puedo convencer de que ellos están bien, no pude protegerlos, los perdí, dejé que Jared los matara. Las lágrimas corren por mis mejillas y me siento con los pies en el agua y rodeando mis rodillas con los brazos. Escucho unos pasos acercarse y luego como alguien me rodea con sus brazos.
— ¿Cómo pasó esto?
— Cuando fuiste a cazar llegó Jared y no pude protegerlos, es mi culpa que estén muertos, Seth— Mi amigo me sujeta con aún más fuerza y me acaricia el pelo.
— No lo es, no tienes la culpa de nada.
— Claro que sí, vine para protegerlos y yo…— Los sollozos me impiden terminar la oración.
— Rue, por favor no te culpes, yo no debí dejarlos solos, sabía que no podrías matar a Jared, prometo que no volveré a alejarme de ti.
— Gracias pero ya no sirve de nada, ellos ya están muertos.
— Lo que significa que vas a poder cumplir la promesa que me hiciste.
— Seth entiende por favor, no puedo cumplir mi promesa.
— Claro que sí, es más ahora me encargaré de que cumplas— Se levanta y se aleja de mí, lo sigo hasta poder sujetarlo del brazo.
— ¿Qué vas a hacer?
— Voy a matar a ese maldito.
— No te vayas, te lo suplico.
— Tú no podrías matarlo así que yo me encargaré de eso.
— Por favor no lo hagas.
— ¿Por qué?
— No quiero que te conviertas en un asesino— Si hubiera tenido que responder esto hace un tiempo habría contestado que no podría soportar perder a uno de mis mejores amigos, pero ahora solo me preocupa Seth, no quiero que viva con la culpa de matar a alguien.
— Está bien, no puedo dejarte.
Mi mentor me vuelve a abrazar y nos sentamos junto al río, Seth me sujeta como si temiera que desaparezca de un momento a otro, por primera vez me percato de unas largas marcas en sus brazos, antes no me había preocupado pero ahora me viene a la mente como lo encontré mientras cazaba, estoy segura de que lo torturaron.
— Seth ¿Qué te hicieron antes de dejarte aquí?
— ¿Qué?— Parece que he interrumpido sus pensamientos.
— Antes de que te encontrara medio inconsciente ¿Qué te hicieron? Sé que te torturaron pero ¿Cómo?
— Bueno me golpearon, me azotaron y me apuñalaron, pero eso no fue nada, lo que de verdad me preocupó y me desesperó fue pensar que te estaban torturando a ti y que te iban a matar.
— ¿eso te hicieron creer?
— Si, incluso me enseñaron un video, observaba como te lastimaban y estabas a punto de morir— Puedo notar el sufrimiento en su voz al pronunciar esas palabras—, Entonces perdí el control y maté a un par de guardias.
Eso me sorprende bastante, no parece haber cambiado, tiene su misma mirada de preocupación, las sonrisas que me dedicó antes de que Boggs y Vi murieran no parecían distintas a las del centro de entrenamiento o cuando me llevó a cabalgar, aunque ahora que lo observo con más atención puedo notar algo de dolor y culpa reflejados en sus ojos, poso mi mano en su mejilla y me topo con una de sus mejores sonrisas, poco después apoya la cabeza en mi regazo mientras cierra los ojos, sin poder evitarlo llevo mi mano a su rostro y lo acaricio, no puedo creer que haya matado por pensar que me estaban lastimando.
— Seth…
— ¿Si?— Abre los ojos y observo un tono verdoso cuando la luz del sol los ilumina.
— Gracias por preocuparte por mí.
— Ya te lo dije, de verdad me importas, Rue, y mucho— Vuelve a cerrar los ojos y una sonrisa aparece en su rostro, su mano se encuentra con la mía y la aferra con fuerza, apoyo la espalda en un árbol que está unos centímetros detrás de mí y no puedo evitar quedarme dormida.
Narra Seth:
Rue ha vuelto a dormirse. La observo atentamente unos segundos, luego la tumbo sobre la hierba con cuidado de no despertarla, intento levantarme para hacer guardia pero ella me sujeta de la camisa mientras duerme, me tumbo junto a ella y la rodeo con mis brazos, juego con sus rizos pensando que voy a poder protegerla de todo, con la seguridad de que ella va a estar a salvo, noto como se aferra a mi cuerpo, le susurro algunas palabras para calmarla y pronto observo su adorable sonrisa, está preciosa, me encanta verla alegre, sin preocupaciones con el rostro relajado y con ningún rastro de lágrimas, haré todo lo posible porque esa hermosa sonrisa no se borre de su rostro, ella se agita un poco en sueños y una expresión preocupada se dibuja en su rostro, acaricio su mejilla.
— Rue nadie va a hacerte daño, lo juro— empiezo a susurrar en su oído, aunque no parece calmarse—, siempre voy a estar junto a ti cuando me necesites, cálmate, yo estoy aquí para defenderte.
—Gracias, Seth, pero no quiero que algo te pase por intentar defenderme.
— Nunca estuviste dormida ¿Cierto?
— Cierto.
— Trata de dormir, por favor.
Ella niega con una expresión triste y aterrada en su rostro, acaricio su mejilla.
— ¿Qué sucede?
— Es que tengo miedo de que algo te pase por intentar protegerme, me siento culpable de que te hayan torturado.
— No te preocupes Rue, lo único que me preocupó fue pensar que te lastimaban, ahora que sé que estás a salvo no es nada.
— Preferiría que me dejaras morir a que sigas en peligro.
No puedo soportar el pensamiento de verla tendida en el piso o dentro de un ataúd, no volver a ver esa chispa de alegría en sus ojos cuando la persigo, la sonrisa que vi cuando le enseñé a montar, su tono enfadado cuando la trato como a una niña pequeña o su hermosa risa cada vez que está feliz, no soportaría perder todo eso, si algo le pasa no viviré lo suficiente para ir a su funeral.
— Rue… si algo te pasara, si murieras, yo no tardaría en ir detrás de ti, no puedo perderte— Observo un toque de tristeza que llega su expresión—. Te necesito, comprendo que es difícil perder a personas que eran prácticamente de tu familia pero no te rindas, te lo suplico, no podría vivir si algo te pasa.
— N-no quiero que te sientas culpable…
— Esa no es la razón de que no quiera perderte.
Rue está a punto de decir algo pero la tumbo sobre la hierba y la rodeo con mis brazos.
— Trata de dormir.
No tarda en obedecerme y está vez se duerme de verdad.
Narra Rue:
Abro los ojos y observo a mi alrededor, estoy completamente sola, no veo ni rastro de mi mentor, me pongo de pie y busco por todo nuestro escondite algo que me dé una pista de por qué se fue, mientras busco me voy dando cuenta de que no fue buena idea quedarnos aquí, Jared ya conoce la ubicación de nuestro campamento y si me dejó vivir una vez estoy segura que eso no se va a repetir, además, si viene en algún momento en que Seth esté aquí no dudaría en matarlo… ¿Y si eso es lo que sucedió? ¿Si mi mentor está muerto? Me voy desesperando y busco cada vez con más prisa, tratando de asegurarme que Seth está a salvo. Esa esperanza se me viene abajo cuando encuentro su cuchillo y sus lanzas hechas a mano tirados descuidadamente en el piso, si hubiera ido a cazar habría llevado sus armas, tomo mi tridente, guardo el botiquín y una botella de agua en una mochila y salgo en busca de mi amigo.
Camino oculta por las sombras, si Seth está en peligro lo mejor es el elemento sorpresa, por ejemplo si lo acechara un muto, mientras más oculta esté más probable será que lo mate sin que le haga daño a mi mentor. Pronto me empiezo a preocupar al no encontrar nada que me ayude a averiguar dónde está, olvido todo sigilo y corro por el bosque gritando su nombre, no recibo ninguna respuesta. Me doy cuenta de que avanzo en dirección a unas montañas, pienso que a mi mentor no le gustan esos lugares, incluso les teme a todo tipo de montaña, vete a saber por qué, y por ningún motivo iría en esa dirección. Doy media vuelta, ahora en dirección a la cornucopia, y corro con todas mis fuerzas, me tardo un par de horas en llegar y termino agotada, por suerte me oculto tras unos arbustos antes de quedar a la vista de cualquier tributo y observo con atención todo el lugar, entre unos árboles puedo ver dos figuras que reconozco al instante, mi ex amigo Jared y mi mentor Seth, este último tiene las manos atadas y una cuerda le rodea el cuello, conozco a Jared pero no sé porque aún no ha matado a mi mentor, que de por cierto está bastante débil, lo único que de verdad sé es que Jared trama algo, no puedo evitar avanzar en dirección de ambos, que no se percatan de mi presencia, vuelvo a ocultarme entre las sombras y avanzo poco a poco, no tengo la menor idea de lo que voy a hacer cuando llegue pero debo ayudar a Seth. Cuando estoy a solo un par de metros de ambos mi mentor parece percatarse de mi presencia, me observa fijamente, sé perfectamente lo que intenta decirme, que vuelva a nuestro campamento, que lo deje en manos de ese traidor, pero no voy a hacerlo, me abalanzo sobre Jared e intento herirlo con el tridente, pero él tira de una cuerda que yo no había visto y mi amigo empieza a colgar de un árbol. La ira me consume y tiro a Jared a unos quince metros de mí, saco el cuchillo y corto la cuerda que le está quitando la vida a Seth, él cae a mis pies sin dejar de toser, me agacho y quito la cuerda de su cuello, no puede hacerle mucho daño ahora que mi amigo no cuelga del árbol pero esa maldita cuerda es un estorbo. Seth, que ya ha recuperado la respiración desliza una de sus manos por mi pelo y susurra un gracias, yo le acaricio la mejilla, aún con preocupación, lo ayudo a levantarse y él apoya prácticamente todo su peso sobre mí, le dedico una pequeña sonrisa y empiezo a pensar en un nuevo escondite, entonces mi amigo me arroja al piso y toma el cuchillo, no logro ver lo que sucede en el momento pero unos segundos después observo a Jared en el piso con una herida en el estomago, no es fatal, pero con la ayuda del golpe que se dio contra una roca bastó para dejarlo inconsciente, Seth también está en el piso, pero en mucho mejor estado que mi ex amigo, me acerco a mi mentor y lo abrazo, noto como me sujeta con fuerza.
— Estuvo a punto de matarte, no debiste haber venido.
— Y a ti te colgó de un árbol, te estabas quedando sin respiración— Solo pensar que pude haberlo perdido me hace llorar.
— Rue cálmate, te prometo que todo va a estar bien.
— P-pero…
— Pero nada, ahora busquemos otro refugio, no es buena idea estar aquí cuando despierte.
— T-tienes razón.
— Vamos, arriba.
Ambos nos levantamos y empezamos a caminar, presto mucha atención tratando de encontrar un buen refugio, Seth me toma de la cintura y me lleva hasta un buen escondite, un pequeño refugio formado por varios árboles en forma de arco, si decido subir hasta las ramas más altas podría observar hacia afuera pero es imposible que alguien, o más bien Jared, nos encuentre aquí.
— Rue…
— ¿Si?— Me vuelvo hacia Seth al escuchar el tono cargado de dolor de su voz.
— ¿Por qué me buscaste cuando de diste cuenta de que algo pasaba?
— No podía dejar que alguien te lastimara ¿Querías que no te buscara?
— La verdad sí, solo te pusiste en peligro.
— Eso no me importa, no voy a dejar que algo te pase, tú no tendrías por qué estar aquí.
— Pero aquí estoy, Rue te suplico que dejes de preocuparte por mí, soy solo un estorbo.
— No es cierto, tú eres una de las pocas personas en las que puedo confiar y… y no quiero perderte.
Seth me observa mientras bajo la mirada intentando no llorar con el pensamiento de perderlo, no logro mucho y unas cuantas lágrimas silenciosas ruedan por mis mejillas, Seth me abraza con fuerza y me acaricia el pelo, lo que no hace nada más que aumentar mis lágrimas, rodeo su cuello con mis delgados brazos y sigo llorando apegada a su pecho.  No me separo de mi mentor durante un par de horas, entonces él me dedica una sonrisa y desaparece de nuestro escondite después de decirme que irá por las provisiones que dejamos en el campamento. Después de bastante tiempo Seth vuelve completamente cargado, trae una de nuestras mochilas y lleva colgada al cuello la carne de las serpientes.
— ¡Había olvidado las serpientes! Déjame ayudarte— Le digo mientras quito la mitad de la carne de su cuello y la dejo sobre una roca, vuelvo a repetir la acción con la otra mitad.
— Gracias.
— Me hubieras dicho lo de las serpientes, últimamente estoy perdida en mi mundo.
— No eres la única— Al decir esto me acaricia el pelo y no sé porque me ruborizo, esto es normal entre los dos, puedo ver su sonrisa de siempre y le devuelvo el gesto.
— Debería subir a un árbol, podré observar lo que nos rodea, debemos buscar una fuente de agua.
— Está bien.
Me doy cuenta de que no hay ningún árbol con la ramas lo suficientemente bajas para que pueda escalarlo, Seth me sujeta de la cintura y me ayuda a subir, escalo oculta por las ramas hasta llegar a la copa del árbol, desde aquí tengo una buena vista del lugar que nos rodea, a lo lejos observo nuestro antiguo campamento, en el lado opuesto la cornucopia, estamos en medio de los lugares pero no me preocupo, la cercanía y las ramas de los árboles nos dan un buen escondite, es imposible que nos encuentren, observo a mi derecha si caminamos un poco cuesta arriba encontraremos un lago, apena logro divisarlo, está muy bien oculto, aunque a Seth no le gustaría la idea de ir hacia allá, sigo observando hasta que noto un fuerte dolor en la cabeza, justo en el punto en que me golpee contra una roca cuando Jared me empujó, antes de matar a Boggs y Pervinca. Cierro los ojos y apoyo la frente en la corteza del árbol, sin poder moverme por culpa del dolor, escucho a Seth llamarme y como no le respondo noto como sube hasta mi altura, apoya su mano en mi mejilla y luego me sujeta con uno de sus brazos mientras bajamos, no hago más que acurrucarme contra su pecho, Seth intenta recostarme sobre la hierba pero no me separo de él. Vuelvo a quedarme dormida y desde entonces mis días en la arena se vuelven iguales, ambos salimos a cazar, a llenar las botellas en el lago que pude observar y tratamos de mantenernos en nuestro escondite, aunque yo no dejo de dormir, las semana van pasando y por cada día que al que hago un corte en el tronco del árbol que escalé, cuando ya son veintiún cortes escuchamos un cañonazo.
— ¿Cuántos tributos quedan?— pregunta Seth, hace unos días nos avisaron que él no está incluido en la cuenta de tributos que lleva cada uno de los pequeños relojes, observo el mío y por unos momentos no aparto la vista del número.
— Dos.
— Entonces quédate aquí.
— ¿Por qué?
— Te dije que ibas a ganar y como no puedes matar a Jared lo haré yo.
— Seth no te vayas.
— Volveré pronto, lo juro.
Me aferro a su brazo en un intento desesperado de evitar que se aleje de mí.
— No quiero que Jared te haga daño.
— Y no lo hará, pero quédate aquí.
Mi mentor desaparece de mi vista y yo cojo el tridente y lo sigo, me aseguro de que no se percate de mi presencia y de no perderle el paso, no tardamos mucho en llegar hasta la cornucopia donde se encuentra el asesino de los pequeños, que mira a Seth con odio y se acerca con un hacha para matarlo, no controlo lo que hago, arrojo a mi mentor lejos de nosotros, noto como intenta levantarse pero hace una mueca de dolor y vuelve a caer al piso, por favor que no le haya roto la pierna, mi mentor ahora está indefenso y tengo que defenderlo, sujeto a Jared con fuerza.
— ¡Los tributos somos tú y yo así que no te le acerques!— Le grito hecha una furia, le pego un empujón aunque tropiezo tras él y rodamos hasta la jungla, sé que no puedo matarlo, clavo el tridente en el piso y veo su hacha a un par de metros detrás de mí, se la entrego— Sabes que no voy a matarte, pues felicidades vencedor por matar a unos niños pequeños, la verdad ninguno de los dos merecía estar aquí pero seguimos vivos, es hora de que termines tu trabajo.
— Rue…
— Mátame de una vez, no quiero hablar contigo, te odio.
— No voy a matarte, yo sabía desde el principio que no podrías matar a Boggs y Pervinca y quería que tú fueras la vencedora— al decir eso levante el hacha y se golpea el estomago con la hoja, la sangre empieza a manchar su camiseta y cae de rodillas, no puedo creerlo, mató a todos esos niños por mí, para que yo ganara, hago que apoye su cabeza en mi regazo y sujeto su mano mientras me mira directo a los ojos—, lamento haberlos matado, pero no podía saber que si uno de ellos vivía sería porque diste tu vida para que saliera de aquí.
— No puedo creer que hayas hecho todo esto por mí.
— Lo hice porque te amo y sé que tú no sientes lo mismo así que lo mejor para mí es morir, solo hazme una promesa; asegúrate de que el Capitolio no vuelva a levantarse nunca.
— Me encargaré de eso, te lo juro.
Una sonrisa cruza su rostro, noto como ya no se aferra a mi mano y pronto escucho su cañonazo, luego las trompetas y la voz de Lies Wesel con la frase que ninguna persona en Panem pensó escuchar.
— ¡Damas y caballeros les presento a la vencedora de los septuagésimos sextos juegos del hambre, Rue Mellark!
Me quedo en el piso, junto al cadáver de Jared mi mejor amigo cuando era pequeña, la persona que dio su vida por mí y que mató a dos niños a los que quería como hermanos para evitar que yo tuviera que hacerlo, el chico que se arrepintió de lo que hizo mal mientras fuimos novios y me pidió una oportunidad y yo… yo no se la di. Escucho unos pasos y me giro para ver a Seth, me doy cuenta de que no está herido, no lo he lastimado, corro hacia sus brazos con lágrimas en los ojos.
— Tranquila, pronto saldrás de aquí.
— Seth, él mató a Boggs y Vi para que yo no tuviera que soportar hacerlo y… se suicidó.
— Lo siento.
— No es tu culpa.
— Rue sube a un aerodeslizador.
Observo dos aerodeslizadores, uno repleto de gente del Capitolio y agentes de la paz y otro de médicos, observo el arco y las flechas de mi madre en el cadáver de mi antiguo amigo, con cuidado le quito ambas cosas de encima, cargo una flecha explosiva en el arco y estoy a punto de disparar al aerodeslizador pero Seth me detiene.
— Créeme, no vas a querer saber lo que es matar personas.
— Tienes razón.
— Ahora sube.
Tiro de mi mentor hasta el aerodeslizador con los médicos y subimos, no sin que antes yo recoja el tridente y me asegure de llevarme el arco y las flechas, algunas personas se me acercan pero los aparto a empujones, Seth me abraza y me siento alegre de tener a alguien que me dé su apoyo pero aún así quiero encerrarme y desaparecer del mundo, no soy consciente de lo que sucede hasta que llegamos al centro de entrenamiento, me topo con Annie y Cinna, abrazo a ambos pero en cuanto me acerco a la primera me echo a llorar, ella intenta calmarme, no consigue mucho por lo que me voy a mi habitación y me encierro con llave, sé que mi mentor aún así podría entrar así que muevo un mueble y lo sitúo junto a la puerta, escucho unos golpes y a Seth llamarme a gritos, intenta abrir la puerta pero no consigue nada.
— ¡Rue déjame entrar, por favor!
— Quiero estar sola.
— ¿Acaso ya no confías en mi para ayudarte cuando te sientes mal? ¿Ya no soy tu amigo?
Me levanto de la cama y muevo el mueble, Seth entra,  me abraza y me lleva a cenar, guardo silencio todo el tiempo y cuando estamos a punto de ir a dormir guardo un cuchillo de carne sin que ni Annie, ni Cinna ni Octavia ni mi mentor se den cuenta, Seth me deja quedarme sola a regañadientes y me encierro en mi habitación, me cubro con las sabanas y empiezo a hacer cortes en mis brazos y muñecas, después de unas horas sangrando apena puedo mantener los ojos abierto por lo debilitada que estoy, logro sacar fuerzas y llamo a mi mentor, él llega corriendo, al ver que no respondo me quita las mantas y su atención se dirige a mis brazos y al cuchillo en mis manos.
— ¡Rue!—grita— ¿Por qué te cortaste?
Con ese grito pronto llegan Annie,  Cinna y Octavua, Annie y Octavia se me acercan y me alejan de Seth, quien se desespera y termina llevándome en sus brazos hasta debajo del centro de entrenamiento al hospital, no soy consciente de lo que me hacen allí, solo sé que mi mentor no se separa ni por un segundo de mí, después de pasar por varios lugares y ver las caras llenas de rencor y odio de los doctores me quedo en reposo sola con Seth, él me ayuda a sentarme y baja la mirada.
—No debí dejarte sola, sabía perfectamente que estabas afectada por lo que sucedió en la arena, Rue, te suplico que no lo vuelvas a hacer, si algo te pasa, no podría soportarlo.
— Aún no entiendo porque me cuidas siempre, ni porque nunca me dejas sola.
Seth logra mirarme a los ojos.
— Hago…todo lo que puedo para… protegerte porque… Porque te amo.
Seth lleva una de sus manos a mi cintura y la otra a mi mejilla, entonces nuestros labios se unen, en un beso amargo, lleno de tristeza pero, aunque nunca lo habría creído, cargado de amor, me sorprendo a mi misma entrelazando mis dedos en su pelo y devolviéndole el beso… no quisiera que este momento terminara nunca pero debemos separarnos para respirar y sin pensarlo acaricio su rostro y digo algo que no había pensado hasta ahora.
— Yo también te amo, Seth.
El chico del que acabo de descubrir que estoy enamorada me dedica una sonrisa con un poco de alivio y deposita un pequeño beso en mis labios, hace que me recueste y me arropa con las sabanas.
— Hora de dormir, pequeña.
— No soy tan pequeña.
— Lo sé, pero a de vez en cuando lo pareces.
— No puedo discutir eso.
— Vale, trata de dormir.
— Solo si te quedas conmigo.
— Lo prometo.

Cierro los ojos sintiendo su mano sujetar con delicadeza la mía y me dejo llevar por el sueño y la seguridad por la compañía de Seth.
abro los ojos topándome con la imagen de mi cuarto de hospital, anoche estaba completamente concentrada en mi mentor para fijarme en el aspecto del lugar que me rodea, una pequeña habitación bastante sencilla, de paredes completamente blancas y un piso encerado, estoy sobre una cama de sabanas blancas y mantas de un tono grisáceo como los ojos de mi madre, el tío Gale, Debrah y como eran los ojos de Boggs y Vi. Al pensar en ellos las lágrimas vuelven a amenazar con deslizarse por mis mejillas y me viene el deseo de tener un cuchillo para volver a cortarme como ayer, me levanto para ir por un cuchillo cuando observo a Seth dormido sobre un silla, los últimos momentos antes de dormirme me vienen a la mente, en especial el beso, no creo que mi mentor este en una posición muy cómoda así que me acerco a él e intento moverlo sin despertarlo, no me funciona y abre los ojos poco a poco.
— Buenos días dormilón.
— Hola pequeña— Se acerca a mí y me da un pequeño beso.
— Te dije que no soy tan pequeña. Seth solamente me sonríe y se pone de pie, doy un paso vacilante hacia él y me dejo caer en sus brazos, noto como me acaricia el pelo y no puedo evitar que se me escape una sonrisa.
— Rue… ¿Lo que dijiste anoche era verdad?
— ¿Qué cosa?
— Pues… que tú… me amas. Nuestros ojos se encuentran y yo poso mi mano en su mejilla.
 — ¿Por qué lo dudas?
— Si tomamos en cuenta que estuviste en los juegos por el hijo de Odair tengo bastantes motivos para dudar. Finn.
 No había pensado en Finn desde que salí de la arena, lo único que pensaba era en lo culpable que me sentía y luego en que de verdad amo a mi mentor, pero… ¿Qué siento ahora por Finn? Al recordarlo mi corazón vuelve a latir fuertemente pero al alzar la vista a Seth siento como me aprieta el pecho, me muerdo el labio sin siquiera pensarlo y los latidos de cuando pienso en Finn aumentan cada vez más ¿Qué me sucede? “Estas enamorada” mi subconsciente me entrega esa respuesta, acompañado del recuerdo de un merengue que bailé junto con Finn antes de que todo esto empezara.
— ¿Es verdad que me amas?— Seth repite la pregunta, beso sus labios. — Te amo, Seth, todo lo que dije anoche era verdad. — Bueno pequeña, hoy tienes muchas cosas por hacer.
 — ¿Qué cosas?
— Primero tienes que ir a casa de mi padre para una especie de almuerzo con la vencedora, solo una cosa, ten cuidado.
— ¿No vas a ir conmigo?
— Claro que sí, pero aun así podrían lastimarte.
— Vale ¿Qué otra cosa?
—Esto es más normal, ver el video de los juegos.
— ¿Y las partes en que Boggs, Vi y Jared…? Seth solo asiente y me mira con tristeza.
— Creo que podré soportarlo y ¿Qué más? — Una cena de nuevo en casa de mi padre, con muchas de las nuevas autoridades de Panem. Eso es todo.
— Vale.
Seth me lleva de vuelta a la planta número cuatro y me deja en la puerta de mi habitación, no sin antes suplicarme que no haga ninguna locura. Me visto con un vestido celeste sin mangas, ajustado hasta la cintura y luego la falda simula el oleaje de la playa del distrito cuatro, Finn viaja hasta mis pensamientos, no sé qué decirle, estoy segura de que amo a Seth pero no quiero hacerle daño a Finn. Cuando ya estoy vestida tocan a la puerta.
— Pase.
— Hola pequeña—Me susurra Seth y me besa, luego me pone el collar que me dio Finn, lo miro extrañada—. Sé que es muy importante para ti.
— Gracias.
— Estás hermosa.
 El calor sube hasta mis mejillas y agacho la cabeza con una sonrisita dibujada en mi rostro, Seth me levanta la barbilla con delicadeza, transmitiéndome calor y todo su cariño, siento como un escalofrío me recorre todo el cuerpo. Nos miramos a los ojos por unos segundos y luego nuestros labios se funden en un beso lleno de ternura, Seth lleva una de sus manos a mi cintura y la otra a mi rostro, yo descanso mis dos manos sobre su pecho. Nos debemos separar por la falta de aire, ambos nos sonreímos y salimos de la habitación tomados de las manos. Al llegar al salón Annie nos está esperando con una sonrisa, al verme me da un abrazo. — De verdad tenías a todo el mundo preocupado, Rue.
— Lo siento, no fue una muy buena idea.
Annie me sonríe cuando se percata de que Seth y yo estamos unidos por nuestras manos, por un momento enarca una ceja pero vuelve a su sonrisa, Seth me pone un mechón de pelo detrás de mi oreja y me besa la mejilla.
— Hora de irnos, pequeña.
— Está bien.
Estoy a punto de bajar de la planta número cuatro para ir hasta la mansión de los Snow acompañada de Seth cuando escuchamos el sonido del elevador, enseguida reconozco la voz de mi padre.
— Hola Ann… ¿Qué sucede aquí?
— ¡Papá! pensé que estarías en el distrito cuatro, o en el doce… Me suelto de la mano de Seth para abrazar a mi padre pero él me sujeta por los hombros.
— ¿Qué pasa, Rue? ¿Qué haces con el hijo de Hades Snow?
— Bueno papá, verás, Seth y yo…—Me invaden los nervios, nunca mi padre se ha comportado así, Seth se me acerca y me da un abrazo.
— ¡Tu, aléjate de mi hija!
— Señor Mellark amo a Rue más que a nada en el mundo, no podría vivir sin ella.
— ¡No vuelvas a repetir eso y suelta a Rue! — ¿Qué tiene de malo que ame a Seth? Él no te ha hecho nada.
— ¿Y qué hay de Finn? ¿Ya lo olvidaste?
— Papá déjame explicarte…
— ¡No hay nada que explicar, ahora apártate de ese imbécil!
— ¡Que yo sepa no lo odiabas cuando hizo todo lo que estaba en sus manos para que pudieras verme antes de la arena!
— ¡Entiende que solo te va a lastimar, después de todo es un Snow!
— ¿¡Y eso qué!?— Estoy empezando a gritar, Seth acaricia mi cabello para calmarme, más no consigue nada— ¡No es su culpa ser nieto de Coriolanus!
— ¡Eso no lo hace diferente al resto de su familia!
— Señor Mellark, juro que Rue es lo único que de verdad me importa y daría mi vida por ella—Seth dice esto mientras sujeta con fuerza y cariño mi mano.
 — ¡No me vas a engañar con eso!
— ¡Papa ya basta, Seth nunca haría nada para lastimarme, lo único que ha hecho es protegerme desde que lo conozco! Seth apoya suavemente su mano en mi cintura, dándome un poco de seguridad, Annie viene en nuestra ayuda.
— Peeta deberías pensarlo mejor, llama a Katniss y arreglen esto entre los dos, pero ahora lo mejor es que Rue y Seth vayan a la mansión de Hades, si no lo hacen Rue puede tener bastantes problemas. Seth me dedica una triste sonrisa y yo tiro de él hasta el elevador, donde le rodeo el cuello con mis brazos y apoyo mi cabeza en su pecho.
— Lamento haberte causado problemas con tu padre, pequeña.
— Eso no importa Seth, lo único que de verdad importa es que te amo y nadie va a cambiar eso. Salimos del centro de entrenamiento y subimos a un coche durante todo el camino nos quedamos sumidos en un agradable silencio hasta llegar hasta la mansión del padre de Seth, mi amigo da un pequeño suspiro y me ayuda a bajar del coche en el que viajamos, le dedico una gran sonrisa y caminamos hasta el interior de la mansión.
— Pase usted, señorita Mellark.
— Muchas gracias, caballero. Entramos a la gran mansión, no observo mucho el decorado y solo me percato de los espaciosa que es, los tonos madera del techo y del piso y de el gran balcón en el fondo del vestíbulo, observo a un chico de cabellos rizados de un tono castaño claro y ojos grises, vuelvo a recordar a Boggs y Pervinca. Seth se acerca al muchacho que acabo de ver y lo saluda animadamente, luego me hace señas para que yo también me acerque, estoy a punto de hacerlo cuando una voz me pone los pelos de punta.
— ¡Hace tanto tiempo que no veía a mis dos hijos en un mismo lugar!
Alzo la vista hacia el balcón y allí aparece Hades Snow, con una sonrisa sádica dibujada en su rostro, su mirada pasa de Seth y su hermano hasta mí, me observa con frialdad por unos cuantos segundos, tratando de descifrar cuánto daño me ha hecho. Mantengo una expresión calmada, respiro tranquilamente y evito que mis músculos se tenses, sin embargo Hades consigue ver algo en mis ojos y su sonrisa aumenta, mostrando una gran satisfacción. Puedo sentir unas manos sobre mis hombros y escuchar los susurros de Seth.
— Tranquila, pequeña, no voy a dejar que te haga daño.
— Ya lo hizo. Seth hace que me gira y me estrecha entre sus fuertes brazos, enseguida noto su respiración en mi cuello y no puedo evitar un pequeña sonrisa a pesar de la tensión que se respira en el ambiente, me aparto un poco de Seth y vuelvo a observar a su padre, concentro todo el odio que le tengo en mi mirada, por la muerte de los pequeños, por convertir a Jared en un asesino, porque sigo viva mientras ellos ya no están.
— Rue, que alegría verte a salvo y junto a mi hijo mayor. Toma asiento, hora de almorzar.
— Sería un gusto, aunque preferiría inyectarme un antídoto contra el veneno de serpiente antes ¿Cuál ha elegido? ¿Una diamante del oeste o una coral? ¿Una Mamba negra o una víbora? ¿Tal vez una cobra real o filipina?
— Puedes comer tranquila, no me gusta usar las mismas armes de mi padre.
— ¿De la víbora de Coriolanus?
— Si quieres puedes llamarlo así.
— Cada vez me voy asegurando de qué va a ser muy fácil derrocarlo, por ejemplo Coriolanus no me mantendría viva.
— Pues él no habría visto tu potencial.
 — ¿Potencial?
— Claro ¿Recuerdas la pequeña negociación en la que acordamos que tu hermano y Finn Odair estarían a salvo de por vida si eras la tributo de mis juegos?— Asiento—. Pues demostraste tener una cabeza bastante fría, no te dejas llevar por la desesperación y eso es muy interesante.
— Con mayor razón, no querrá que use ese potencial para ayudar a los distritos.
— He encontrado una manera de que me ayudes a mí.
— No lo creo.
— Relájate, disfruta de la comida y después te explicaré. Lo miro con odio pero me siento en una gran mesa repleta de exquisitos manjares, Seth toma asiento junto a mí, durante toda la comida trato de mantener la compostura, aunque Effie no me dijo que hacer cuando estás en un almuerzo con la persona que más odias y que es el responsable de la muerte de gente muy importante para ti cuando me enseñaba el manual de carreño. Al finalizar el almuerzo todos nos levantamos y Hades me ofrece un brazo con un gesto burlón, Seth intenta acercarse a nosotros pero le sonrío para infundirle confianza y acepto el brazo que me ofrece su padre, mi amigo intenta llevarme consigo pero llegan unos agentes de la paz y lo sujetan, Hades se acerca a mi oído.
— Nada le pasará si no intentas nada ¿Escuchaste?
— Sí, escuche.
— Buena chica, ahora ¿Te gustaría visitar el jardín?
Dejo que Hades me guíe por la mansión como si se tratara de un amigo de toda la vida, alguien que no me haría daño, alguien en quien confiara para todo “Pero dudaste de Jaread, desconfiaste de él” Mi conciencia me repite lo que le hice y un nudo se apodera de mi garganta.
— Bueno Rue, me di cuenta de cuanto te importa mi hijo mayor.
— Usted no puede saber lo importante que es Seth en mi vida, nunca imaginaría lo que siento por él.
— Tal vez no lo sepa, pero cuando te diste cuanta de que lo había tortura supe que te importa lo suficiente para mis propósitos.
— No puedo creer que sea tan cruel como para poder hacerle daño a su propio hijo.
— Deberías creerlo porque su seguridad depende solo de ti.
— ¿Qué debo hacer para que no lo lastime?
— Actúas tal como me imaginaba, me serás muy útil. No soporto más escuchar cómo se regodea de su victoria, lo empujo contra una pared y ubico mi brazo sobre su cuello, impidiéndole la respiración.
— Pobre chica ingenua, ahora mismo lo agentes que están junto a Seth observan cada uno de tus movimientos, espero que no te sorprenda el estado en que lo encontraras.
Esas palabras son como cuchillos atravesando mi piel, me separo instantáneamente de él y corro hasta el salón principal donde están Seth, su hermano y los agentes de la paz, descubro a una de estos últimos con un cuchillo a poco centímetros del pecho de Seth, otro sujeta a su hermano y a una chica de cabellos oscuros y figura esbelta, no me preocupo mucho del ambiente y me concentro en Seth, ninguno de los agente me ha visto, observo la mesa sin cubiertos, sin tazas ni vasos, ni platos, sin nada, solo en mantel. Avanzo unos poco pasos hasta llegar a la mesa, sujeto el mantel de seda blanca entre mis manos y en un rápido movimiento lo envuelvo en la cabeza del agente, que va perdiendo el aire, lo aparto y me acerco a Seth.
— ¿Qué te hicieron? Lo lamento, todo esto es mi culpa, soy una completa…
— Pequeña estoy bien, cálmate.
Tomo el cuchillo del agente que sujetaba a mi amigo y lo uso para amenazar al agente que sujeta al hermano de Seth y a la chica. Mi amigo, más bien creo que se ha convertido en mi novio, me saca de la mansión y me ayuda a subir al coche, comparte un par de palabras con su hermano y termina subiendo junto a mí en la parte trasera del auto, en el asiento del copiloto se sienta la chica que vi hace unos momentos, el coche arranca y Seth se encarga de presentarnos.
— Rue, ella es Mengana Coin, la novia de mi hermano.
— Megan— Le corrige ella.
— Tu nombre es Mengana.
 —Pero me gusta que me llamen Megan.
— Vale—Seth resopla—, Megan ella es Rue, mi…
— Su novia—Termino la oración por Seth mientras le dedico a este una gran sonrisa y me acurruco junto a él, Megan nos observa por el espejo retrovisor.
— Al fin, Seth, a Harry ya le preocupaba que algo estuviera mal contigo.
— Claro, como para ustedes dos todo es amor, si llevan juntos ¿Siete años? — Si, siete, estamos juntos desde los nueve. Aunque dime que ahora que POR FIN te enamoraste no todo gira en torno a Rue.
— Bueno…si.
 — Te dije.
— ¿Segura de que no eres tú su hermana? Se comportan como si lo fueran.
— Bueno, somos amigos desde los cinco y ese tonto me ayudó con Harry, aún no sé cómo.
— Espera ¿Seth ayudando en una relación?— La idea me hace reír— ¡Tiene que ser una broma!
— No lo es, aunque no puedo creer que eso pasó.
— Ya basta de reírse a mi costa las dos, que ya llegamos.
— ¿Al centro de entrenamiento? ¿Tan rápido?
 — Si, dudo que con tanta charla se dieran cuenta.
— Es tu culpa por presentarme a Rue, sabes que nunca paro de hablar.
Los tres bajamos del automóvil y caminamos hasta el interior del centro de entrenamiento, al subir a la planta número cuatro observo como Annie saluda a Megan y la conduce hasta una habitación, Seth y yo caminamos hasta la sala con las manos entrelazadas hasta que me congelo al ver a dos personas que solo pueden significar una cosa, que tengo problemas.
Sentados en un sofá están esperándome mis padres.
Me tenso en el momento de ver a mis padres, en es especial a papá después de la discusión de antes del almuerzo, intento pasar de ellos caminando rápidamente hasta mi habitación pero mama me sujeta del brazo. Me doy la vuelta para enfrentarla pero me quedo totalmente desconcertada al ver su cálida sonrisa.
- ¿Qué pasa? De verdad he tenido un día muy difícil y quiero descansar así que...

- Hija cálmate, solo quería hablarte de lo que tienes con Seth.

- Oh, no, solo tengo una cosa que decir, yo no voy a...

- Déjame terminar, convencí a tu padre de que no los moleste- eso no me lo esperaba, no puedo evitar que una sonrisa se dibuje en mi rostro.

- ¿En serio?

- Si-bufa papá-, pero como te haga sufrir juro que lo mato.

- ¡Peeta! 

Papá da un salto y le dedica una mirada suplicante a mama, pero ella se mantiene impasible, al final papá se resigna.

- Vale, no interfiero.

No espero un segundo más y me arrojo a los brazos de Seth, el me sujeta con fuerza y me da un pequeño beso en los labios. Le dedico una gran sonrisa.

- Creo que sobramos aquí- dice mama y desaparece por el elevador junto con papá, aprovecho para rodear el cuello de Seth con mis delgados bracitos, poco a poco nos acercamos hasta que nuestros labios se rozan con insistencia y mucha ternura, mi novio me levanta unos cuantos centímetros del suelo hasta que quedamos a la misma altura. Recuerdo la presencia de Megan y me separo de Seth con las mejillas completamente rojas.

- Lo siento, Megan.

- Pues yo no, ahora Megan está pagando por lo que tuve que ver entre ella y mi hermano.

- Tiene razón, me lo tengo merecido.

-  Ya se viene mi venganza.

Seth me sujeta de la cintura y me besa por un buen rato, cuando nos separamos el me sonríe mientras mis mejillas vuelven a ruborizarse. Megan se echa a reír y pronto mi novio y yo nos unimos. De pronto noto una presión sobre mis hombros y pego un bote.

- Rue lo siento pero debo arreglarte para la cena en casa de Hades Snow.

- ¿La cena? Pero Cinna, aun debo ver el resumen de los juegos.

- ¿Sabes qué hora es?- Niego con la cabeza- Las diez de la noche.

- No puede ser...

Me empiezo a poner nerviosa, Seth me rodea con sus brazos.

- Tranquila pequeña, no podemos cambiarlo pero te aseguro de que nada va a pasar.

- Es verdad, además, no serias la primera vencedora que no ve el resumen de sus juegos. Solo tengo que decir que yo voy a ayudar a maquillarte ¿Entendido?- La determinación en su tono evita que cualquiera diga que no.

- Está bien, Megan.

Cinna me lleva, junto con Megan, a una habitación donde nos espera Octavia que empieza a trabajar con mis uñas mientras Megan se encarga con mi rostro, en cuanto ambas terminan su trabajo rizas mi cabello. Entonces llega Cinna con mi vestido, un hermoso y largo vestido de un tono verde con ligeros tonos morados que dan la impresión de que el vestido ha sido sacado de una fotografía de un lago, también tiene unos tirantes caídos. Me observo en el espejo. Mis rizos caen de una forma desordenada pero a la vez elegante sobre mis hombros, mis ojos tienen una ligera sombra plateada con un brillo dorado a los lados, mis uñas están perfectamente limadas y con un ligero brillo y mis labios, mis labias se ven aun más gruesos de lo normal con un hermoso brillo coral.

- Vas a dejar a Seth con la boca abierta- Dice Megan con un toque de suficiencia.

- Nunca lograre eso.

- ¿Es broma? Rue necesitamos a tu mente de vuelta. Recuerda cuando jugabas con Pervinca en el lago de su refugio y le dijiste a Seth que era mimado, por cierto bien dicho, entonces se quedo observándote como idiota.

- ¿Qué? Estas bromeando.

- Para nada, lo tienes vuelto loco.

- Si, como no- que se note la ironía en mi voz.

- Tienes que aceptarlo antes de que empiece a ser un novio celoso.

- ¿Celoso?

- Claro, siempre pasa.

- Ya basta, Megan.

- Tienes razón, debes ir a casa del reptil, creo que debería volver a mi distrito a entrenar, para que puedan confiarme el mando del ejército.

- ¿Tu distrito? ¿Por qué el mando del ejército?

- Mi distrito es el trece, soy la bisnieta de la traidora de Coin, por eso me corresponde el mando del ejército, he entrenado toda mi vida para eso.

- ¿No te agrada hablar de Coin?

- ¡Dios no! ¡Joder ella mato a tu tía Primrose!

- Bueno, es verdad...

- Mejor ve a casa de Hades, mientras mas rápido vayas más rápido te irás.

- ¿Tu no vas?

- No, solo tú y Seth.

- Pero ¿Y si Hades le hace daño?

- No lo hará, la cena estará repleta de gente.

- Está bien.
Los siguientes momentos se me pasan volando, Seth me abraza en cuanto me ve llegar y nos vamos a la mansión de su padre. Al llegar hablo con la gente del Capitolio y me encuentro brevemente con el padre de mi novio, le dedico un par de gruñidos y me siento en la mesa. Comemos una exquisita carne al horno, enseguida la reconozco como lengua de vacuno, acompañada de de surtidas ensaladas y bebemos una especie de licor dulzón que, al ser la primera vez que bebo alcohol, consigue marearme. La noche pasa rápido y en cuento termina la velada vamos por Megan, Octavia, Annie y Cinna para ir de vuelta al distrito cuatro. Llegamos al aerodeslizador y me duermo entre los brazos de Seth, sentada en un cómodo sillón. Mis sueños son dulces y llenos de alegría en un principio, un día de campo con mi hermano, horas en la playa con Debrah y Finn y una romántica cena con Seth. Pronto mis sueños se tiñen de sangre, la sangre de todas las personas que amo derramada por Hades Snow.
Despierto paralizada por el terror, me encuentro sola, no veo rastro de mi mentor por ninguna parte y empiezo a gritar su nombre, al no obtener ninguna respuesta lo busco con desesperación por todo el aerodeslizador. Lo encuentro sonriente cerca de la salida, él me abraza y susurra con cariño en mi oído.
— Llegamos al distrito cuatro, pequeña.
Con esas palabras estoy a punto de dar un salto de alegría, le doy un beso en la mejilla a Seth y estoy a punto de bajar del aerodeslizador cuando Octavia y Megan me interceptan. Las miro con fastidio e intento escaparme, pero las dos me sorprenden con una gran fuerza.
— Vamos, necesito salir.
— ¿Con pijama?— Pregunta Octavia con una sonrisa.
— Ups ¿una ayudita?
— Para eso estamos.
— Gracias Megan.
Mi amiga me entrega un vestido rojo con cuello en v que me queda por sobre las rodillas. Octavia me entrega unos zapatitos con un pequeño tacón, me visto y entre las dos rizan mi pelo. Por último me dejan aplicarme un labial tan rojo como el vestido.
— Perfecta para dejar a todo el distrito con la boca abierta. Pero ojo que estas con Seth.
— Vaya que desconfiada, Meg.
— Solo digo.
— Bueno, ahora vas a poner a Harry celoso ¿Me ayudas Octavia?
— ¡Que alegría! ¡Claro que sí!
Entre las dos llevamos a Megan a una habitación repleta de vestidos, maquillaje, secadores de pelo, rizadores, alisadores y muchas cosas más. Octavia sienta a Meg en una silla mientras empieza a maquillar su rostro de una bonita forma natural. Yo rebusco en el lugar hasta dar con un hermoso, y corto, vestido negro sin mangas y con unos bonitos detalles en la falda, al vestido le agrego unos zapatos negros con un tacón de aguja bastante alto. Enfundamos a mi amiga en el vestido y la ayudamos a calzarse los zapatos. Después me encargo de crear unas cuantas pndas en su pelo y ya está lista. La dejamos verse en el espejo y ella nos da un abrazo.
— ¡Gracias, gracias! ¡Es perfecto!
— No hay de que Megan, ahora vamos, tengo mucho que mostrarte del distrito.
— ¡Vale!
Las tres bajamos del aerodeslizador y me encuentro con la mirada de mi pequeño hermano, me quedo paralizada un segundo y él corre hacia mí, lo tomo en brazos y le doy un beso en la frente.
—  Sabía que ibas a ganar, Rue. Te extrañé demasiado.
— No es posible que más que yo a ti.
— ¿Segura?
— Segurísima enano.
Bajo a mi hermano con cuidado y veo a Debrah, ella también me abraza y empiezo a llorar, la culpa me consume. Yo soy la culpable de la muerte de sus hermanos.
— Lo siento, Deb. De no ser por mi uno de ellos habría sobrevivido.
— Rue, cálmate amiga, esto no es tu culpa.
— Claro que sí, no pude salvarlos.
— Hiciste todo lo que pudiste. Ahora me vas a contar que hay entre tú y Seth Snow.
— ¿C-cómo lo sabes?
— Un pajarito llamado Annie Cresta.
— No puede ser…
— Si puede ser, aunque deberías hablar lo antes posible con Finn.
— Si, por cierto ¿Dónde está?
— Bueno— Debrah empieza a jugar con su pelo nerviosa— Cuando entraste a la arena a él le dio un ataque de pánico. Debimos sedarlo y no nos hemos atrevido a dejarlo despertar, lo mejor es que tú fueras la primera persona que viera, ahora está en el hospital. Pero ahora que estas con Seth…
— ¿Qué Finn qué?
Puedo notar como los nervios me invaden, así como el sentimiento de culpa. Me alejo de la multitud, me quito los zapatos y corro lo más rápido que puedo hasta el hospital. En cuanto llego me topo con una doctora, o más bien mi abuela. Ella me abraza pero lo único que ocupa mi mente es Finn, me separo de ella y sigo corriendo hasta llegar a las habitaciones. Busco el nombre de Finn hasta dar con una puerta, la abro y encuentro una habitación solitaria, con solo un paciente. Él.
Me acerco poco a poco a su cama, me arrodillo frente a él y acaricio sus cabellos con sumo cuidado. Mi mano viaja hasta su mejilla y unas cuantas lágrimas vuelven a salir de mis ojos, observo a su alrededor y descubro el lugar por donde pasa la morflina a su brazo. Quito la aguja de su brazo con cuidado y aferro su mano por unos minutos hasta que él abre sus ojos. En cuanto me ve una sonrisa se escapa de sus labios y en un segundo me encuentro entre sus brazos.
— Gracias al cielo estas bien, bonita— Las lágrimas aumentan en cuanto escucho sus palabras, él no se merece lo que le he hecho—. Temía que algo te pasara.
— Calma Finn, todo está bien.
— ¿Segura? Dime qué pasó durante los juegos, yo… no los vi.
— Me había dado cuenta, no fue mucho. Todo está bien, en serio.
Mentirosa. Aquí nada está bien.
— Si tú lo dices— Finn deposita un beso en mis labios—, pero no quiero ver más lágrimas.
— Está bien, no más lágrimas.
Finn me sonríe con dulzura y acaricia mi mejilla. Tengo que decirle a Seth lo que está pasando porque en estos momentos no puedo dejar a Finn, como ya lo dije él no se merece lo que le estoy haciendo. Me aparto unos centímetros de él y le dedico una sonrisa.
— Tengo que irme Finn, aún no he visto ni a mis padres ni al tío Gale, además ignoré completamente a mi abuela cuando llegué hasta aquí.
— Está bien. Pero antes— sonríe con una dulzura y me da un largo beso.
— Vuelvo pronto ¿Vale?
— Vale.
Beso su frente, le dedico mi mayor sonrisa y salgo de la habitación. Hago de nuevo el camino por el que llegué y vuelvo a toparme con mi abuela. Le dedico una sonrisa de disculpa y le doy un gran abrazo. Ella me acompaña hasta el lugar en el que estaba el aerodeslizador, allí me encuentro con Debrah, Seth, Megan, Octavia, el tío Gale y mis padres. Corro hasta Seth y él me atrapa entre sus brazos.
— Estuviste llorando ¿Qué pasó?
— Tengo que hablar contigo, Seth.
— Claro, vamos.
Nos alejamos del grupo y nos vamos a pasear por la plaza del distrito, todo el trayecto lo hacemos en silencio, pero al llegar Seth me mira a los ojos mientras me sujeta con cuidado.
— Dime lo que pasó, no quiero que llores.
— Es sobre nosotros… y Finn.
— ¿Finn? ¿Qué tiene que ver él?
— Es que no puedo dejarlo ahora. No pudo soportar ver los juegos y estuvo la mayor parte del tiempo sedado. Seth te amo pero…
— Te entiendo, pequeña.
— ¿En serio?
— Por supuesto— Extiende una de sus manos hasta llegar a mi nuca y besa mi frente—. Te apoyaré en todo lo que tengas que hacer. De la forma en que tu quieras.
— Gracias Seth. Te amo.
— Y yo a ti pequeña.

Sonrío en cuanto veo sus hermosos ojos y pronto nuestros labios se unen en un dulce y tierno beso de despedida.
Seth me lleva junto al grupo del que nos separamos y nos topamos con una escena que tiene pintada la palabra desesperación. Mi madre llora desconsoladamente mientras mi padre intenta calmarla, Debrah y Megan discuten con la persona en la otra línea de un móvil. El tío Gale tiene una expresión calculadora mientras Octavia mira con tristeza como llegamos.
— ¿Qué pasó aquí?
—Tu madre recibió una carta, la citaban a una reunión en un jardín del distrito, cuando llegó se encontró con alguien que debería haber muerto hace veinte años —me responde Octavia, la observo un tanto extrañada.
— ¿Quién?
—Al parecer Coriolanus Snow no estaba muerto después de todo.
— ¿¡Qué!? ¡Él está muerto!— interrumpe Seth con una expresión preocupada en su rostro, el tío Gale le pone una mano en el hombro.
—Te engañaron igual que a todos nosotros. Será mejor que tomes esto con calma.
—Él  sabía, estoy segura— susurra mi madre mientras deja de llorar, luego se acerca a Seth, lo empuja y empieza a alzar la voz— ¡Seth lo sabía y decidió no decirte nada para ganarse tu confianza!
—Mama estoy segura de que nunca haría eso, puedo jurarlo. Relájate un poco, el no ha hecho nada malo.
— ¡Es solo una mentira! ¡Nunca le has importado! ¡No ha hecho más que usarte!
—Seth nunca me ha usado, lo único que ha hecho es cuidar de mí.
Mi madre intenta seguir gritando pero el tío Gale, Debrah y papa logran calmarla y la llevan a casa de Annie, por otra parte Octavia, Megan y Seth me llevan hasta una casa vacía en la aldea de los vencedores, estoy algo perdida hasta que me explican que es mi nueva casa por haber ganado los juegos. Les pido a los tres que no me dejen sola así que Octavia y Meg van a escoger habitación, Seth se queda observándome por unos segundos, luego intenta dar media vuelva para marcharse pero lo sujeto del brazo y lo miro con ojos llorosos. Al ver el estado en que me encuentro decide rodearme con sus brazos. Aprovecho ese momento para sujetarme de su camisa y buscar en él todo el apoyo que necesito. El chico que me abraza besa mi frente y aparte unos mechones de mi cabello, lo único que hago es observar sus ojos llenos de preocupación y cariño. Seth me asegura que no quiere hacerme daño como piensa mi madre y que me ama. Le dedico una pequeña sonrisa y le digo que nunca creí que él sería capaz de algo así. Finalmente deposita un beso en mis labios.
<<Va a ser difícil dejar lo nuestro de lado>>
Miro a Seth alejarse de mi lado y acercarse a la puerta de salida, le suplico que no se vaya y se queda conmigo, entonces me doy cuenta de que tenemos mucho por lo que luchar. Todos pensábamos que Coriolanus Snow había muerto mucho antes de mi nacimiento. Ahora la verdad ha salido a la luz, está vivo. Se acerca una nueva guerra contra él y esta vez habrá alguien mucho más cruel de su lado, una persona capaz de matar a su propio hijo. Hades Snow.

2 comentarios:

  1. Holaa, me alegro de que vuelvas a publicar, pero tengo una pregunta estos se queda así? No hay ningún capítulo más?

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    1. La primera parte termina asi, pero hay una pestaña "hora de dar batalla" donde esta la segunda parte (bueno lo poco que llevo de segunda parte) y tambien esta el punto de vista de Seth (en otra pestañita) escrito por Claudia Everdeen.
      Creeme que queda historia para rato
      besos

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